Se negoció durante 11 horas seguidas con el FMI en busca de evitar el default

Argentina recuperó su capacidad negociadora a partir del comunicado del G20 conocido el último domingo donde se recomendó al FMI, entre otras cosas, el análisis de la política de sobrecargos, pero, sobre todo, la creación de un fondo para asistir a los países más vulnerables (entre los cuales podría clasificar la Argentina),

El presidente Alberto Fernández y Martín Guzmán han reunido nuevamente todas sus propuestas y, resultan de peso en el marco de la discusión por estas horas, lo que posibilita encontrar nuevos caminos que eviten poner al país en default.

El titular de la cartera de Economía cerró una jornada de negociación con Julie Kozack, la subdirectora para el hemisferio occidental y compartió con el mandatario su satisfacción por la intensidad del trabajo conjunto, luego de horas seguidas de las que también participaron el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz, y, por zoom, el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu y el director por el Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos.

Cada uno de los integrantes de la comitiva tuvo su trabajo técnico a lo largo del día e intervino en diferentes conversaciones, pero también el carácter político que aportó Beliz, sumó peso a la convocatoria.

El Gobierno piensa que debe demostrar, primero que todo, que no quiere entrar en default. Para eso lleva pagados en el año u$s 2.470 millones al organismo y ayer realizó un nuevo pago. Quedan para las próximas semanas u$s 1900 millones más.

En ese contexto, desde la misma comitiva hicieron trascender a la prensa que “Si quisiéramos entrar en default no pagaríamos todo lo que venimos pagando”, y existe como posibilidad, el otorgamiento de un waiver o “dispensa” por el no cumplimiento del pago que vencería en marzo, lo que descomprime no sólo el apuro del Gobierno, sino también del propio FMI.

Así podría operar un acuerdo standstill, un pacto entre deudor y acreedor en la que el deudor se obliga a no presentarse en default y los acreedores se obligan a no emprender acciones o requerir de pagos al deudor, hasta la finalización del proceso de negociación y reestructuración.

Argentina insiste con alcanzar un programa de Facilidades Extendidas, es decir un repago del crédito a 10 años de plazo y con condicionalidades referidas a reformas estructurales. Tras el pedido del G20 para la creación del nuevo andamiaje, las posibilidades para seguir negociando un mejor acuerdo crecen.