Los trabajadores de Sanidad finalmente cerraron su paritaria 2020, con un aumento que redondea un 36,1%, en línea con la dinámica inflacionaria. El acuerdo fue suscripto este jueves por la noche en el Ministerio de Trabajo, con la presencia de las cámaras empresariales del sector y del titular de la Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad (FATSA) Carlos West Ocampo y del Secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA) y cosecretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT) Héctor Daer. Además del titular de la cartera laboral Claudio Moroni, estuvieron presente el secretario de Trabajo Marcelo Belloti y la directora de Relaciones y Regulaciones del Trabajo Gabriela Marcelló.
Según explicaron, la reunión oficializó un aumento extra del 14 al 17%, de acuerdo a cada categoría, con lo que el incremento total para el año 2020 será del 36,1%. Así, la categoría más alta del salario básico comenzará a percibir a partir de abril alrededor de 75 mil pesos, la siguiente cerca de 60 mil y la más baja casi 45 mil pesos. También se acordó que “la diferencia entre básicos vigentes al 30 de junio y nuevas escalas y valores sobre los adicionales se considerarán una gratificación extraordinaria no remunerativa”, que pasará a ser remunerativa a partir del 30 de junio de este año. A partir del acuerdo se abren también las negociaciones para la paritaria 2021.
Acuerdo en la paritaria 2020 para #Sanidad
El ministro Claudio Moroni, Héctor Daer y las cámaras del sector firmaron un aumento extra del 14 al 17 por ciento de acuerdo a cada categoría. El incremento total del 2020 será del 36,1 % pic.twitter.com/1JGNd5qbSy— Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (@MinTrabajoAR) April 8, 2021
Ante el fracaso de las negociaciones previas, que derivaron en paros de tres horas por turno de los trabajadores del sector, el pasado 26 de marzo el Ministerio de Trabajo había dictado una conciliación obligatoria. Tanto la disputa previa como el acuerdo logrado dan cuenta de una negociación “tripartita” en la que además de gremios y cámaras empresariales, el Gobierno jugó un rol muy activo, interviniendo en la paritaria de un sector clave en el marco de la epidemia de coronavirus que golpea al país hace más de un año.
El rol oficial se explica no sólo por la necesidad de evitar conflictos en un sector tan clave en la coyuntura sanitaria actual sino que también es expresión de la alianza estratégica que el Gobierno de Alberto Fernández viene manteniendo con la CGT, incluso desde antes de su asunción, en la que se encuadran también algunas estrategias claves para la gobernabilidad como el famoso “pacto social” y el derivado acuerdo de precios y salarios entre empresariado y gremios para intentar combatir la disparada inflacionaria.
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El acuerdo firmado, en las cifras exactas reclamadas por el gremio, no sólo aleja las posibilidades de incómodas medidas de fuerza en un sector clave (que incluye a clínicas, sanatorios, laboratorios y geriátricos) sino que también debe entenderse como parte de una negociación más general que, como contrapartida, incluye una flexibilización en congelamiento vigente de las tarifas de las obras sociales prepagas, un fuerte reclamo del sector empresarial, que en los últimos meses ha tenido avances y retrocesos (llegando al ridículo de habilitar un aumento para ser cancelado por el propio presidente Alberto Fernández antes de las 24 horas, como sucedió en diciembre pasado).
Además del compromiso de aumento a las prepagas (que en los últimos 14 meses tuvieron autorización para aumentar un 13,5%), aún sin porcentaje confirmado, el Gobierno también se comprometió a que el PAMI aumente un 34% el valor de las prestaciones y a que se extienda hasta fin de año la vigencia del decreto que reduce en un 95% las contribuciones patronales con destino a la ANSES para todas las instituciones vinculadas con la salud.
Al respecto José Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS), consideró que las medidas “ponen a a los prestadores en un equilibrio inestable, pero equilibrio al fin”. Y agregó: “Todo el mundo entendió la importancia del sector prestador en una pandemia y los trabajadores de salud se merecen el aumento porque le han puesto el pecho a la situación tan difícil y es admirable lo que están haciendo en estas circunstancias”.
