La semana pasada la autopartista sanpedrina Coplac decidió despedir de forma sorpresiva a todo su personal. Los 80 trabajadores de la empresa venían en conflicto hace meses por retrasos en los pagos y la eliminación del extra por antigüedad. Días atrás habían realizado un corte de ruta para reclamar por sus salarios y en el momento de recibir los telegramas se estaba en el segundo cuarto intermedio de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
El argumento de la empresa fue que la protesta con corte de ruta en el ingreso a San Pedro generó “un incumplimiento en los contratos” para la entrega de pedidos de resultas de lo que “la empresa se ve afectada en su reputación y pérdida de calificación para futuras contrataciones”.
La carta de despido denuncia que “la ocupación del establecimiento -aún pacífica- durante la huelga entorpece el proceso productivo con el consiguiente perjuicio económico e importa una grave violación a los derechos del empleador, afectando severamente el poder de dirección y organización empresarial”. Y considera a las medidas de fuerza llevadas adelante como un “exceso del derecho a huelga y violatoria de los derechos constitucionales de disponer libremente de la propiedad, de trabajar y ejercer el comercio, constituyendo un delito tipificado por el artículo 149 bis, segúnd parte, del Código Penal Argentino”.
Así Coplac concluye que “el bloqueo de la entrada y salida, trasgresora del concepto de huelga, impidiendo la libre disposición de la planta durante varios días con una extensa retención de mercadería, materias primas y herramientas de propiedad de la principal hace que resulte imposible la continuidad del establecimiento en la ciudad de San Pedro”.
Los 80 trabajadores cesanteados reclaman la intervención del Ministerio de Trabajo y de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal para evaluar las posibilidades de destrabar el conflicto. Mientras esperan los resultados de las negociaciones, los trabajadores decidieron levantar el corte de ruta y esperar en un acampe en la puerta de la fábrica.
Estos despidos son parte de la profunda crisis en la que se encuentra hundida la industria automotriz, que es uno de los sectores industriales más afectados por la recesión de los últimos tiempos. Según el propio Indec, el uso de la capacidad instalada en el sector no supera el 48%, lo que equivale a niveles del año 2002.
