Después de haber sido ninguneados en la conformación de las listas electorales del Frente de Todos en los distintos distritos, los movimientos sociales afines al Gobierno se preparan para una importante demostración de músculo para este 7 de agosto, día de San Cayetano, en el que recuperarán su clásica movilización a Plaza de Mayo para exigir techo y trabajo y reclamar un salario universal para los desocupados.
Los integrantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) ya vienen movilizando desde este miércoles, cuando comenzaron a marchar desde Luján hacia el santuario de San Cayetano en Flores, desde donde este sábado comenzarán a caminar hacia la Plaza de Mayo, recuperando algunas consignas tradicionales de las organizaciones conocidas como “Los Cayetanos” (originalmente la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, hoy también incluyendo al Movimiento Evita y otros sectores) y sumando algunos nuevos planteos.
En un jueves caliente, los movimientos sociales también llevaron sus reclamos a la calle
La coyuntura para el sector es completa, porque si bien el oficialismo compensa la falta de representación de los movimientos sociales en las listas para las próximas elecciones con un importante vuelco de recursos al sector (desde el adelanto del aumento del Salario Mínimo hasta incrementos en los montos de la Tarjeta Alimentar y otros beneficios), la decisión oficial de candidatear al ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo como diputado bonaerense y el anticipo de su reemplazo por el intendente de Hurlingham Juan Zabaleta abrió numerosos signos de interrogación entre los movimientos sociales, que temen una administración menos amigable del nuevo ministro, con un historial más hostil respecto del sector que el del ministro saliente, con quien pudieron construir una muy buena relación desde el inicio del gobierno del Frente de Todos.
Dina Sánchez, dirigente del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y secretaria general adjunta de la UTEP, anticipó que la marcha será “una convocatoria histórica en todo el país”, dando cuenta de que el sector apuesta por una importante demostración de músculo. Hacia adelante, planteó la necesidad de que los movimientos sociales sean parte de la discusión respecto de “cómo va a ser la salida de la pandemia”.
En ese sentido, una de las principales consignas del sector pasa por la “creación de un salario básico universal que garantice un piso mínimo de ingresos para todos y todas las trabajadoras”. “Es hora de priorizar la deuda interna sobre los acreedores externos, es hora de cuidar a los últimos y las últimas de la fila que más han sufrido en los últimos años”, añadió Sánchez, en sintonía con los reclamos del líder de la CTEP Juan Grabois, quien viene planteando la necesidad de salir del esquema “asistencialista” para pasar a uno de generación de empleos genuinos.
La CGT y los Movimientos Sociales consideran insuficientes los subsidios y piden crear “empleo real”
Desde la UTEP se explicó que la “universalización del salario busca reconocer el trabajo tanto de quienes están en el sector formal como en el informal”, afirmando que nuestro país “tiene capacidad de financiar un salario básico universal equivalente a un tercio del salario mínimo y superior a la línea de indigencia para el conjunto de la clase trabajadora”. “Los derechos de los argentinos están por encima de las ambiciones de los acreedores externos como el Fondo Monetario Internacional”, enfatizó Sánchez horas antes de la marcha a Plaza de Mayo, que se prevé masiva.
La movilización de “Los Cayetanos” tiene además una importante carga simbólica ya que la primera gran manifestación del tridente de organizaciones fue en 2016, con las consignas de “Tierra, Techo y Trabajo”, en una expresión masiva de rechazo social contra la destrucción productiva del Gobierno del ex presidente Mauricio Macri, que marcó un punto de inflexión en cuanto a las posibilidades de Cambiemos de seguir avanzando sin grandes conflictos en su plan de ajuste y recorte del déficit. El oficialismo buscará por todos los medios que la movilización no sea vista como antagónica con sus políticas, mientras que los movimientos sociales necesitan de una demostración de fuerza para poner en valor el rol central que han jugado desde el inicio de la epidemia para contener la crisis social en todo el país.