La devaluación del peso hizo estragos en los salarios y en su poder adquisitivo. Esa es la “ley primera” con la que las organizaciones sindicales agudizan sus reclamos. Después de hacer una simple cuenta la depreciación del salario mínimo, vital y móvil es de un 50% ( algo más de 800 dólares a finales del 2015 y 400 dólares hoy).
Esto ha dejado desactualizado ese 15% y si bien, casi todos los acuerdos tienen su cláusula gatillo se anticipa la revisión, cuando se había pensando que estos serían meses tranquilos y ese recurso sería para volver a sentarse más a fin de año.
Los gremios que pactaron un dígito de mejora o incluso 12% son los más complicados para “no perder por goleada”, estiman y remarcan que no hay que esperar a fin de año para tener certezas, el anticipo de una inflación cuatrimestral que acumula un 9,6% y una previsión para mayo no menor al 2%, ya anticipan que la inflación del primer semestre se llevará casi el 15% que se había planteado como meta.
De las paritarias todavía en discusión, Camioneros validó por escrito su pretensión del 27%, los docentes un 25%. Al momento nadie puede desconocer que los salarios también se deberán actualizar para no perder por goleada. Pero al no conocerse todavía los efectos de la corrida cambiaria y estar en medio de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, encontrar un interlocutor dispuesto a escuchar cada una de las problemáticas de los distintos sectores del ámbito laboral, no resulta sencillo.
Será lo que se viene, según algunos integrantes de la CGT, de no haber un interlocutor válido que pueda dar respuesta a esas demandas se “trabajará en el armado de medidas más duras”. Mientras tanto siempre está la posibilidad de sentarse en una mesa, discutir los problemas, y buscarle soluciones antes que la calle sea necesariamente el lugar donde mostrar el reclamo y poner en primer lugar en la agenda que hay que volver a barajar y dar de nuevo en cuestión salarial.