Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), durante el segundo trimestre la desigualdad se profundizó en nuestro país, dando cuenta del profundo impacto económico social de las políticas recesivas que aplica el gobierno de Javier Milei. El coeficiente de Gini alcanza su punto más alto desde la pandemia, evidenciando la profunda grieta existente entre los sectores más ricos de la sociedad (un 10% de la población que concentra el 33% de los ingresos) y el resto, cada vez más empobrecido.
El coeficiente de Gini mide la desigualdad de ingresos con una escala que va de 0 a 1 (de menor a mayor desigualdad) y entre los meses de abril y junio creció a 0,436, lo que implica un incremento significativo respecto del 0,417 registrado en el mismo periodo del año previo. Así, el 10% económicamente mejor ubicado de la población concentra el 33% de los ingresos, unas 19 veces más que el 10% más pobre. la relación de ingresos entre el decil más alto y el más bajo es de 14 veces, manteniendo la tendencia del último año.
El semestre recesivo de Milei: La pobreza se dispara al 52,9%, casi 13% más que el año previo
Estos datos se construyeron con información sobre 31 aglomerados urbanos que releva la Encuesta Permanente de Hogares, que confirma que el ingreso promedio per cápita de la población (29.656.209 personas) fue de $289.562, mientras que la mediana fue de $205.000. En ese marco, se constata también una importante brecha de género, ya que el ingreso promedio de la ocupación principal de las mujeres es un 27,4% menor al de los varones. El ingreso promedio de la población ocupada fue de $473.924, con una mediana de $370.000 (lo que implica que la mitad de los trabajadores ocupados perciben menos que esta cifra).
La Canasta Básica Total, que marca el límite de la pobreza, fue en junio de $873.168 para una familia tipo (dos adultos y dos niños), mientras que la Canasta Básica Alimentaria (umbral de indigencia) fue de $393.319. En base a estos cálculos, el Indec estableció que en el primer semestre la pobreza subió al 52,9%, un aumento significativo en comparación con el 41,7% de diciembre anterior. La indigencia, en tanto, alcanzó al 18,1%, casi el doble del 9,3% registrado en el mismo período de 2023.
Analizando los ingresos de los hogares, el 78,1% de los mismos provino de actividades laborales, mientras que el 21,9% se explica por jubilaciones, pensiones o ayudas sociales. En los hogares de menores ingresos, los ingresos no laborales representaron hasta el 62,2% del total de ingresos en el decil más bajo, dejando en evidencia su alta dependencia de los programas de asistencia social.