Recorte del 57% de la inversión en políticas industriales

El ajuste impulsado por el Gobierno nacional en sintonía con el Fondo Monetario Internacional implica fuertes recortes en distintas áreas sociales y productivas. Uno de los más notorios es el de las políticas industriales, cuya inversión cayó un 43,1% en 2018 y que contempla otro fuerte ajuste de 57% en el Presupuesto 2019 aprobado por el Parlamento.

El dato se desprende de un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), que destaca que sólo se devengaron $7.695 millones de los $10.833 millones presupuestados el año pasado para el sector manufacturero, lo que implica una subejecución del 29%. Contra los $9.152 millones ejecutados en 2017, se registra una caída de 15,9% a valores nominales y del 43,1% a precios constantes de 2017 (teniendo en cuenta una inflación del 47-48%).

“La ejecución presupuestaria de 2018 evidencia que el sector industrial no ha sido una de las prioridades de la gestión de Gobierno. Esto representa un retroceso significativo para la industria local, con políticas públicas disminuidas que impiden el crecimiento y desarrollo de un área clave de la economía”, detalla el estudio.

El sector productivo nacional atraviesa una situación de profunda crisis, atenazado entre un constante aumento de costos (sobre todo ligado al aumento del dólar y los incrementos de los servicios públicos) y la caída del consumo en el mercado interno, derivada de la grave pérdida de poder adquisitivo del salario.

El impacto de esta situación en términos de empleo es gravísima, con la pérdida de 115.941 puestos de trabajo en la industria en tres años. En ese contexto, el Estado prioriza el cierre de las cuentas fiscales antes que el fomento a uno de los sectores económicos más castigados. El Ministerio de Producción, primero a cargo de Francisco Cabrera y ahora de Dante Sica, es la cartera que más subejecutó (40%) el presupuesto industrial de 2018.
Agustina Galardo, economista e investigadora de la UBA, explicó: “Si bien es cierto que los principales motores de la actividad son el buen dinamismo de la demanda y algunas variables macro, los programas pueden contribuir a apoyar y promover actividades específicas que estén atravesando dificultades o impulsar acciones vinculadas a ciencia y tecnología, digitalización, modernización o capacitación de los trabajadores. En el universo pyme y en sectores sensibles, esto es aún más importante ya que se necesita una estructura pública que sea capaz de interiorizarse en los sectores productivos y que pueda articular con los actores privados estrategias para morigerar la caída de la actividad y evitar que la pérdida del empleo se profundice”.