Más allá del contexto adverso que reina para todos, y especialmente para el mundo del trabajo, los sindicatos saben que tendrán un rol protagónico en la batalla contra la pandemia del COVID19. Y deberá hacerlo con todas las herramientas de que disponga. Una de ellas son las obras sociales sindicales, que deberán atender a las miles de demandas que se multiplicarán por la enfermedad y paralelamente a la la crisis laboral que se desencadenará como efecto de lo primero.
En ese sentido, hubo buenas noticias por éstos días. El pasado viernes, desde la Superintendencia de Servicios de Salud finalmente se realizó un dilatado desembolso de fondos para las obras sociales sindicales.
De ese abultado monto que se les adeuda, finalmente, fueron liberados cerca de 3.000 millones de pesos a los sindicatos cegetistas que están con sus mutuales “al rojo” desde la fuerte devaluación que sufrió el peso durante el gobierno de Mauricio Macri. Un poco de aire para las asfixiadas mutuales el último viernes de marzo y otros 2000 millones que, podrían ser depositados mes siguiente -abril 2020-.
Quien se llevó el mayor porcentaje fue la obra social de los mercantiles que conduce el histórico, Armando Cavallieri, -más de 500 millones- aunque deberá atender con ese monto 1,2 millones de afiliados, el mayor número concentrado en una organización sindical en Argentina. Además tiene dos de los hoteles porteños del SEC a total disposición de enfermos y pacientes aislados.
El segundo lugar fue para Camioneros, que recibió la mitad que los Empleados de Comercio pero teniendo mucha menos proporción de afiliados. Esa noticia no fue “buena” entre sus “compañeros sindicalistas”, aunque todos descuentan que estuvo asociado a la apertura del sanatorio Antártida, en el barrio de Caballito, un enorme centro médico del gremio que tiene más de 10 años en obras sin llegar a terminarse.
El recelo de los que se consideraron damnificados, no sólo estuvo en el beneficio del reparto, sino en el protagonismo que pueda adquirir nuevamente el Camionero, luego de que el hallazgo de éste sanatorio, -que contará con 330 camas- para el gobernador Kicillof fue “una aguja en un pajar” en su desesperada carrera contra el tiempo, donde prepara la estructura sanitaria para adelantarse al pico del Coronavirus.
A los demás les quedó sabor a poco. Todos saben que la caída de los aportes repercutirá en las finanzas, principalmente en un momento en que los sindicatos serán actores claves en materia de asistencia sanitaria y laboral.
Fueron parte del reparto además: Gastronómicos, Rurales, UTA, Sanidad, Construcción, UPCN, UOM, SMATA, Maestranza, Viajantes de Comercio, Bancaria, y Docentes privados. También en menor medida y de acuerdo a su tamaño: Textiles, Ospegyde y Obras y Servicios Sanitarios.
El mes próximo serán días de descuento, para un próximo posible desembolso que se dará en paralelo con el creciente aumento en el número de casos de enfermedad, según vaticinan los especialistas, quienes en forma unánime consideraron positivo continuar en aislamiento social por lo menos hasta pasada la Pascua.