Esta semana el ministro de Economía Luis Caputo anunció el cierre del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), un organismo creado en 1995 para administrar las obras públicas vinculadas a la infraestructura hídrica y sanitaria en todo el país, anticipando que los proyectos en curso se derivarán a la Subsecretaría de Recursos Hídricos. La entidad ya sufrió un recorte importante recorte de personal meses atrás y hoy están en riesgo los 234 trabajadores que todavía integran su plantilla.
Tras la decisión del Gobierno de Javier Milei de paralizar la inversión oficial en obra pública, de las cerca de 1500 obras de infraestructura en materia hídrica que se iban a realizar con inversión estatal, quedaron definidas como “prioritarias” apenas 120, de las cuales hoy solo cuatro están a cargo de la Subsecretaria de Servicios Hidricos mientras que las restantes siguen en la órbita del ENOHSA, incluyendo obras del Programa Federal de Saneamiento (Profesa), de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y cerca de 20 que ya tienen garantizado el financiamiento vía el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La estructura de la Subsecretaría hídrica, con apenas 124 trabajadores, aparece como insuficiente para absorber tanto a estas obras como a los más de 230 empleados del organismo que hoy el oficialismo se apresta a clausurar.
Desde el Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS), gremio encabezado por José Luis Lingieri, repudiaron la decisión remarcando que el cierre del organismo “comprometería el futuro del acceso a servicios básicos”. Al respecto, explicaron que el ENOHSA “gestiona y financia proyectos clave para asegurar el acceso al agua potable y a sistemas de cloacas en todo el país” (al respecto, recordaron que en nuestro país casi el 80% de los habitantes tienen acceso a agua potable y 60% a cloacas).
“La importancia de este servicio se refleja en su impacto directo sobre la calidad de vida de millones de personas, ya que el acceso al agua limpia y a instalaciones sanitarias adecuadas es esencial para prevenir enfermedades y promover el desarrollo social. Aquí es donde el rol del Enohsa resulta vital: el organismo ha impulsado proyectos que llevan agua potable a comunidades que no tienen acceso al servicio y extiende la red cloacal en áreas que históricamente han estado marginadas”, agregaron.
Para terminar, recordaron que el ente “no solo financia y supervisa las obras, sino que también brinda asistencia técnica a los gobiernos locales, garantizando que los proyectos sean sostenibles y de alta calidad”. Por esto, advirtieron que el cierre de la entidad “no solo afectaría a las obras actuales, sino que comprometería el futuro del acceso a servicios básicos, privando a las comunidades más vulnerables de los recursos necesarios para su desarrollo”.
El ex titular del organismo durante la gestión de Alberto Fernández, Ernesto Cresto, afirmó que hasta diciembre 2023 se ejecutaron más de 1500 obras a nivel nacional, generando más de 120 mil puestos de trabajo y un millón quinientos mil nuevos beneficiarios de agua potable y servicios de saneamiento en más de 1200 municipios de todas las provincias. El ex funcionario concluyó que cierre impactará gravemente en los municipios, que no “están capacitado financieramente para desarrollar redes de agua y cloacas con fondos propios”.