Preocupación por el cierre de la cerealera Buyatti que amenaza casi 100 puestos de trabajo

Este miércoles la cerealera Buyatti cerró definitivamente su planta de soja, tras no haber encontrado interesados para su compra abierta en el mes de enero. Mientras se esperan posibles ofertantes, se teme por el futuro de los casi 100 puestos laborales en la planta.

Ya desde hace meses el establecimiento de la localidad santafesina de Puerto General San Martín venía trabajando por debajo de su nivel habitual. A fines del año pasado operaba al 60% de su capacidad y en noviembre directamente suspendió actividades para evaluar la continuidad productiva. Ahora Buyatti busca concentrar su actividad en las plantas de Las Breñas (Chaco) y Reconquista (Santa Fe), concentrándose más en el algodón y el girasol que en la actividad sojera en Puerto San Martín.

La planta aceitera construida en 1985 tiene capacidad para moler tres mil toneladas de soja diarias (una cifra que habla de un déficit de inversión ya que establecimientos más nuevos como el de Renova llegan a procesar más de 33 mil toneladas por día) y no posee puerto propio, por lo que debe contratar fletes para embarcar su producción. Desde Buyatti planean problemas de competitividad con estas nuevas instalaciones que harían inviable su continuidad.

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Los problemas de la empresa se agravaron en 2015, cuando terminó su acuerdo estratégico con Cargill. Los dos años siguientes hizo un acuerdo con Molinos Cañuelas y en 2019 comenzó un trabajo común con Vicentin, siendo luego fuertemente afectada por la conocida crisis de este grupo empresario (uno de los fundadores de la empresa, Daniel Buyatti, quien hoy posee una pequeña cantidad de acciones, fue también presidente de la cerealera concursada y está casado con una de las integrantes de la familia Vicentin). A principios de 2020 la empresa volvió a la producción con Molinos Cañuelas para luego quedar paralizada durante meses.

El acuerdo para el pago del básico para los trabajadores, aunque no estuvieran prestando tareas, venció en noviembre del año pasado, instancia en la que la empresa buscó avanzar con un plan de reducción de plantilla vía retiros voluntarios, iniciando también un Procedimiento Preventivo de Crisis, que sigue en curso. Mientras tanto continúan las negociaciones con los 89 trabajadores que siguen integrando la plantilla.

El 80% de los trabajadores de la empresa son afiliados del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) del departamento de San Lorenzo, gremio desde el que se plantea la defensa de los puestos de trabajo como prioridad pero que ante una decisión irrevocable de la empresa en cuanto al cierre de la planta exige el pago de las indemnizaciones correspondientes, respecto de lo que la empresa no ha dado ninguna señal ni comunicación a sus trabajadores.