Preocupación metalúrgica por la decisión de Trump de reinstaurar aranceles a exportaciones argentinas

Las exportaciones de acero y aluminio desde nuestro país hacia Estados Unidos volverán a estar gravadas, tal como lo confirmó el presidente Donald Trump este lunes desde su cuenta de Twitter. La misma medida se aplicará para Brasil. El argumento tiene que ver con que las “masivas” devaluaciones en ambos países perjudican a productores de manufacturas y exportadores estadounidenses. Preocupación en el sector metalúrgico por el posible impacto en el empleo del sector.

Según los tuits de Trump, la medida tendrá una “inmediata” entrada en vigencia. También instó a la Reserva Federal para que las economías de otros países “ya no se aprovechen del dólar fuerte”, porque “esto hace que sea muy difícil para nuestros fabricantes y agricultores exportar sus productos de manera justa”.

Hace menos de un año, en marzo de 2018, el gobierno de EEUU había anunciado aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio, en un mensaje que apuntaba sobre todo a la producción china, por lo que quince días después se confirmó una exención para Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur y la Unión Europea.

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Las importaciones de acero y aluminio argentinos constituyen apenas el 0,6% del total estadounidense, pero el impacto será mucho más importante para Brasil, cuyas ventas constituyen el 13% de las compras de EEUU en el rubro (EEUU es el mayor comprador del mundo del sector, con un total de 20 millones de toneladas al año).

Luego de la publicación de los tuits del presidente estadounidense, el ministro de Producción Dante Sica y el canciller Jorge Faurie confirmaron que se encuentra en tratativas para intentar revertir la decisión que fue calificada de “inesperada y sorpresiva”. Después de comunicarse con la Embajada de los Estados Unidos, donde no brindaron mayores precisiones sobre la decisión de Trump, Sica comenzó a gestionar una comunicación con el secretario de Comercio estadounidense Wilbur Ross. Faurie, por su parte, buscó ponerse en contacto con John Sullivan, vicesecretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Los funcionarios también se comunicaron con representantes de las empresas locales productoras de aluminio y acero, quienes confirmaron que la medida los tomó “por sorpresa” y que están comenzando a evaluar el posible impacto en sus negocios (que en la actualidad mueve unos 700 millones de dólares anuales) y en el empleo de las industrias argentinas del sector.