Claramente el ala sindical del kirchnerismo, más vinculada a la Corriente Federal de los Trabajadores, celebró la llegada de Silvina Batakis a Economía, no tanto por la afinidad con la ministra sino por la salida de Guzmán, de quien pedían “su cabeza” desde larga data, particularmente a partir del acuerdo con el FMI.
Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores que integra ATE Capital, hizo público su apoyo a la nueva funcionaria por las redes sociales y ya le dejó un reclamo: “el próximo ministro sea un hombre o una mujer que se plante ante los poderosos y defienda los intereses de las mayorías con total firmeza”.
En la misma gama y desde la misma central el secretario general del Suteba, Roberto Baradel dijo que «es de esperar que todo se resuelva de la mejor manera». El docente conoce muy bien a la flamante ministra pues negoció con ella, durante años, las paritarias del sector en territorio bonaerense.
Desde la CGT ya fue algo más dispar la recepción de la noticia. Si bien, ya los resultados de las políticas de Guzmán comenzaban a preocupar a los dirigentes de la central, mantenían una buena relación con el platense, apoyaron el plan de pago de la deuda externa y tenían el visto bueno de que el ministro de Economía fuera un aliado del presidente Alberto Fernández, con quien mantienen una estrecha relación y de quien esperan, pueda cumplir el compromiso asumido de mejorar las condiciones laborales y recomponer el salario por encima de la inflación.
Guzmán buscaba con las centrales obreras, permanentes acuerdos de convivencia desde su inicio y hasta el fin. Eran aliados. Por eso, pese a las condiciones adversas de la Economía, seguían renovándole su confianza. De hecho, el ya ex ministro de Economía no se privó de agradecer a la central obrera y a los movimientos sociales su acompañamiento. «Un especial agradecimiento a los líderes de la Confederación General del Trabajo; a los Movimientos Sociales que acompañaron y apoyaron en momentos clave de la gestión, que cumplen un rol importante en una Argentina», redactó Guzmán, en la extensa misiva de dimisión.
El clan Moyano era la excepción dentro de la confederación. Ya hacía meses que venían expresándole diferencias y dudas respecto a no saber “si era el ministro de Economía apropiado para la lucha contra la inflación” y presionaba para que la CGT diera una demostración de fuerza y realizara un paro a las empresas alimenticias por la suba indiscriminada de precios.
Pese a esas diferencias, hay un camino en común, que es dar preponderancia al trabajo. De ahí la visita de Alberto Fernández el pasado 1 de Julio y su rememoración al estilo Perón: “cuando digo primero los últimos, digo primero la gente, la producción, apoyar al que invierte y no especula, al que da trabajo, al que está en situación de pobreza, reconocer que hay una economía naciente, no conocida hasta el tiempo de hoy, que es la economía popular, y que tenemos que darle vida porque si no la vamos a dejar al margen”, expresó Alberto refiriéndose a la necesidad de convertir subsidios en empleo formal.
En ese sentido, y para llevar a cabo esa transformación, organizaciones como FEMUSI (Federación de Mutuales Sindicales) ya lanzaron una oferta de capacitaciones masivas para trabajadores afiliados a distintos sindicatos de modo de ser puente entre el plan y el trabajo genuino. La profesionalización, es la herramienta clave que permitirá dar ese paso, de devolver a los desocupados al mercado laboral.
Con este mapa, Silvina Batakis desembarca en la cartera de Economía que tiene todo por hacer. Desde su entorno mostraron “satisfacción por el reconocimiento y preocupación por el gran desafío que deberán emprender” a partir de este lunes, donde la respuesta de los mercados también dirá lo suyo.