Trabajadores portuarios uruguayos iniciaron una medida de fuerza por tiempo indefinido, ante la amenaza de pérdidas de puestos de trabajo que pone en riesgo cientos de familias que se verían afectadas en esa desvinculación. Según los huelguistas esto sería consecuencia del “funcionamiento monopólico de la terminal de contenedores concedido por el Gobierno a la multinacional Katoen Natie (KN)”.
Los protagonistas del paro trabajan en la empresa Mantecon de similar actividad que ya redujo de 24 a 13 los jornales asegurados lo que significa que desde el 1 de diciembre comenzaron a cobrar un 50% de sus salarios.
El presidente del Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra), Alejandro Díaz, advirtió que “esto irá ocurriendo de forma escalonada”, y tal como lo adelantó al comenzar el año, dicha empresa tendrá que cerrar, lo que plantea un escenario complejo por demás con la firma de la compañía belga NK, ahora responsable de ese acuerdo.
Álvaro Reinaldo, titular a nivel nacional agregó que “el tiempo dio la razón, siempre dijimos que 700 puestos de trabajo estaban en riesgo”, en relación con la cantidad de trabajadores de Montecon, razón por la que ahora se decidió la medida de carácter extrema, de modo de retomar el diálogo y evitar las desvinculaciones.
Por su parte, Montecon presentó el miércoles un recurso de nulidad del decreto de gobierno que rige el acuerdo entre el Estado y la terminal Cuenca del Plata integrada en un 80% por Katoen Natie y un 20 por la Administración Nacional de Puertos, ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA).
El conflicto arrastra varios meses, de hecho, los senadores del Frente Amplio interpelaron en su momento al firmante ministro de Transporte, Luis Alberti Heber, sobre el cuestionado pacto y además presentaron una denuncia ante la Fiscalía correspondiente por considerar “una entrega de soberanía nacional” la concesión de un monopolio portuario por 50 años.
El funcionamiento de la compañía Belga ha tenido éstos años también sus reclamos en el puerto de Buenos Aires, donde la concesión -no renovada- ha recibido las mismas objeciones por parte de los trabajadores portuarios de Buenos Aires, amenazados ante el mismo funcionamiento irregular de la compañía, que teniendo el dominio de más de 50 terminales a lo largo del globo, se ampara en su funcionamiento monopólico para ejercer ese manejo impropio, que hoy afecta a Uruguay, entre otros países.
