Justo cuando el gobierno “decreta” el déficit cero, la energía se vuelve uno de los escollos más difíciles de sortear para cumplir la meta. En agosto la fuerte devaluación del peso hizo aumentar notablemente el gasto de los subsidios del Estado a las empresas de servicios, que están dolarizados.
El incremento ronda alrededor de un 85%. Los datos surgen del informe que brinda el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) donde se detalla que en agosto los subsidios crecieron un 40,6% respecto al mismo período del año pasado. A ello hay que adicionar un 30% más de aumento que se dio por segundo mes consecutivo, entre otros costos que están en torno al 14%.
Si se tiene en cuenta también que el año pasado, el ex CEO de Shell, Juan José Aranguren (hoy alejado de su cargo) implementó mediante la Resolución 46 el nuevo “Plan Gas”, en busca de la reactivación del sector, cerrando un acuerdo a 7.50 dólares por cada millón de BTU que terminó en 8 dólares por la suba de los precios internacionales, las pérdidas serían aún mucho mayores.
Estos 0,5 dólares por cada millón de BTU significan unos 500.000 dólares extras. La cifra surge de tomar de base de cálculo el precio que se paga en la cuenca de la cual se extrae, (en este caso Cuenca Neuquina), donde el valor promedio era de 4,50 dólares; a los que el gobierno adicionaba 3 dólares. Ahora se elevaron los precios internacionales, y se comercializa a cerca de 5 dólares, el Gobierno sigue abonando 3, dejando el valor en 8.
