En el marco de la crisis recesiva que golpea a toda la economía nacional, la empresa de galletitas Bagley decidió adelantar las vacaciones de los 160 trabajadores de su planta cordobesa. El Sindicato de la Alimentación teme por posibles despidos.
El objetivo de la empresa es reducir el sobre stock acumulado por la falta de ventas en los últimos meses, efecto directo de la baja de ventas generalizada por la caída del poder adquisitivo de los salarios.
La planta de Bagley se paralizará por lo menos durante dos semanas, debido a, según explicó la propia empresa, “la crisis en el país, la baja en las ventas, la disminución de la demanda y la acumulación de la producción”.
Carlos García, delegado del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) denunció que la decisión empresaria de otorgar estas vacaciones “forzadas” a los trabajadores ya generó un “clima de incertidumbre y malestar” entre los licenciados, que temen por una subsiguiente reducción de los puestos de trabajo.
Hace pocos días Arcor licenció también a 2500 trabajadores y días atrás Pepsico confirmó su decisión de dejar de producir la marca de galletitas Toddy en su planta de Mar del Plata. La caída de ventas en el sector alimenticio impacta con más fuerza en productos como las galletitas, puesto que ante la recesión tienen a privilegiarse los insumos básicos.
Héctor Morcillo, titular del STIa, consideró que “se está transfiriendo el ajuste a los trabajadores porque una de las herramientas que encontraron las empresas es el fraccionamiento o adelanto de las vacaciones”. Y añadió: “En Tucumán las empresas fraccionaron vacaciones dos semanas, en la molienda de maíz ya había ocurrido en Arroyito y en Bagley Córdoba y Totoral también se han fraccionado vacaciones en el mes de julio y de octubre”.
Tratando de llevar tranquilidad a los trabajadores del sector, Morcillo concluyó: “La finalidad de la empresa es bajar stock, pilotear esta baja de demanda y caída del consumo hasta que se vean indicadores que vayan reactivando el consumo”.
