Luego de que Argentina desechara la posibilidad de jugar el torneo en el país por cuestiones epidemiológicas, Brasil fue quien decidió ser anfitrión del torneo, en una situación igual o peor frente a la segunda ola de Covid19, lo que desató una ola de críticas locales, internacionales por parte de jugadores, analistas y ciudadanos.
Para contrarrestar, se realizó un emotivo homenaje a los trabajadores de la salud en el inicio de la Copa. El certamen no tuvo ceremonia inaugural. En su lugar, hubo un gesto para destacar a quienes pusieron el cuerpo durante la pandemia, pero el gesto no parece ser suficiente, pues las condiciones no están dadas para un evento de tal magnitud y las cifras de contagios y muertes así lo indican.
Cuatro personas fueron las encargadas de llevar el trofeo del torneo hasta el césped: un médico, un enfermero, un policía y un bombero. Ellos fueron la representación de todas esas personas que trabajaron casi sin descanso y que cuidaron de la población desde el inicio de la pandemia.
La Copa América tuvo su puntapié inicial este domingo con el duelo entre los locales de Brasil y la selección de Venezuela en el estadio Mané Garrincha de la ciudad de Brasilia. En la previa del encuentro, la organización preparó un sentido homenaje al personal de salud y a aquellos trabajadores esenciales que pusieron el cuerpo durante la pandemia de coronavirus para sacar adelante la situación.
Aunque muchos habían pensado que habría un show a cargo de los integrantes del dúo cubano Gente de Zona, no hubo margen para tal presentación con el tema oficial del torneo y no hubo música ni color, tampoco hubo grandes juegos de luces ni espectáculos de destrezas. La jornada comenzó con una presentación mucho más solemne y respetuosa de los tiempos que corren, en el intento de bajar los decibeles de las críticas por la organización del encuentro pese a no estar dadas las condiciones.
Minutos después, los equipos ingresaron al campo de juego y por los altoparlantes del estadio sonaron los himnos de ambos países. El homenaje prosiguió antes de que la pelota comenzase a rodar, con un minuto de silencio en honor a las víctimas del covid-19 que ya suman en Brasil más de 487 mil.
El certamen se iba a disputar en la Argentina y Colombia, pero luego sus Gobiernos desistieron de organizar el evento, Colombia por sus problemas internos socio-políticos y la Argentina por una cuestión sanitaria, se extenderá hasta el domingo 10 de julio, fecha en la que está pautada la gran final a disputarse en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El personal de Salud está indignado con la organización del evento, al igual que muchos de los jugadores de la selección brasileña que se opusieron con fuerza pero no lograron torcer el rumbo.