Este jueves los trabajadores de la planta de Dánica de Llavallol lanzaron un “paro total” ante “el nuevo intento flexibilizador del Grupo Beltrán, el ataque al convenio colectivo laboral 420/05 y los salarios, los aprietes a los trabajadores y las amenazas de despidos masivos”. El conflicto de la planta bonaerense también se trasladó por estas horas a la fábrica puntana de Villa Mercedes, en la que también comenzaron las protestas.
Los trabajadores de Dánica, afiliado al Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soeia), denuncia que “los empresarios decidieron iniciar una nueva etapa en el ya grave accionar antisindical e ilegal histórico y presionan de forma individual a los trabajadores para que acepten cambios en el convenio y de esa forma no perder el empleo”. “A ello se suman los incumplimientos múltiples a la convención laboral”, añaden.
Datos oficiales: La actividad económica escaló 7,4% respecto a mayo
Héctor Ramírez y Ezequiel Roldán, secretarios General y Adjunto del Soeia, junto con Pablo Báez, trabajador de la empresa y vocal titular del sindicato, denunciaron el intento patronal “de flexibilizar las tareas y de instalar la polivalencia”, además del “no pago de la escala salarial y de sumas contempladas en la paritaria y el hostigamiento y persecución”. Los gremialistas también hicieron público el reciente despido de dos operarios “con causas falsas”, que la empresa no pudo fundamentar en las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.
Según recordaron, desde que el Grupo Beltrán adquirió la firma a principios de 2019, se lleva adelante un sistemático ataque contra el convenio colectivo, con el argumento de la existencia de una crisis “que la empresa nunca demostró, no obstante los requerimientos de Trabajo”. “Los empresarios se apartan una y otra vez de la vigente legalidad y desconocen cuestiones normativas básicas del derecho laboral”, insistieron. Entre otras irregularidades laborales, remarcan que la empresa ha buscado constantemente quitar adicionales, cambiar categorías a la baja, abonar salarios inferiores a las escalas y violar las regulaciones sanitarias en el contexto de la pandemia.
Por otro lado, aseguran que la empresa se niega a respetar el convenio laboral vigente y desconoce la representación del Soeia argumentando que no corresponde el encuadramiento: “La compañía no puede elegir de forma libre qué herramienta convencional debe aplicar porque está determinada por la actividad principal de cada establecimiento. En Llavallol se elaboran productos y subproductos oleaginosos. El sector es aceitero”.
