Ante el nuevo pico de contagios y muertes por coronavirus que afronta Paraguay, en el medio de una serie de fuertes protestas sociales por el colapso sanitario, el gobierno del país vecino decidió aplicar una serie de fuertes restricciones a la circulación y el comercio durante la Semana Santa, en busca de achatar la curva epidemiológica. El Ministerio de Salud paraguayo confirmó este miércoles la muerte de 51 personas y la detección de 2.688 nuevos casos en el país, destacando además la presencia de la peligrosa cepa brasileña en la mayoría de los departamentos del país.
Ante el colapso del sistema sanitario, la administración paraguaya decidió implementar durante una semana, entre este sábado 27 y el próximo lunes 4 de abril, un esquema que implica volver por unos días al momento más duro de la cuarentena. En ese contexto, los ciudadanos solo podrán realizar desplazamientos mínimos e indispensables para la provisión de alimentos, medicamentos y artículos de limpieza entre las 5 y las 20 horas.
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Se prohíbe circular de 20 a 5 de la mañana, horario en el que también está prohibida la venta de alcohol, los comercios esenciales y locales gastronómicos no podrán abrir sus puertas pero podrán atender por delivery, se suspenden eventos y actividades de entretenimiento, las iglesias permiten hasta 20 personas, los parques públicos se cierran, no se permiten eventos en hoteles y hospedajes, quedan prohibidas las clases presenciales en el sector público y privado, en el transporte público no pueden viajar pasajeros parados y se suspende la circulación de buses de corta, media y larga distancia. A nivel empresarial, gastronómicos, turismo y servicios podrán diferir pagos de impuestos y refinanciar deudas, se reducen aportes patronales del 16,5 al 2,5% para estos mismos sectores, entre otras medidas.
Las medidas fueron confirmadas por la publicación del decreto Nº 5053. Generó controversia a nivel nacional que no se haya decidido un cierre de fronteras (particularmente con Brasil, que está atravesando un histórico pico de contagios), aunque se realizarán estrictos controles ruteros en conjunto entre la Policía, la Patrulla Caminera, agentes municipales de cada ciudad, las FFAA y la Marina, hasta a 30 kilómetros de la frontera.