Luego de despedir a cinco trabajadores en su planta de Llavallol, Provincia de Buenos Aires, y ante la denuncia del sindicato sobre el incumplimiento patronal de “las más elementales medidas de salud y seguridad laboral” frente al coronavirus, Dánica decidió cerrar su planta «hasta nuevo aviso».
Este tema llegó al Ministerio de Trabajo, que ordenó la conciliación obligatoria y reincorporar a los trabajadores que fueron echados, además de establecer medidas de seguridad e higiene en medio de la pandemia. Sin embargo, la compañía, en un caso de lock out patronal, no abrió sus puertas.
Desde el gremio de Aceiteros criticaron la medida. En principio, señalaron que «mientras somos millones de argentinas y argentinos los que estamos realizando enormes esfuerzos solidarios para combatir una pandemia global y defender la salud y la vida, el Grupo Beltrán pone en riesgo a los trabajadores al incumplir los protocolos de la Emergencia Sanitaria, ignora la vigencia del Decreto 329/2020 que prohíbe despidos y suspensiones por 60 días e incumple con un Lockout la Conciliación Obligatoria del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, burlándose del sacrificio de todo el pueblo argentino».
Y añadieron que «las autoridades competentes deben arbitrar por los medios necesarios el cese del accionar ilegal de la patronal, garantizar la reincorporación de los trabajadores despedidos, la plena vigencia de los derechos laborales y el resguardo de la integridad psicofísica y la vida de las trabajadoras y trabajadores».
Por otro lado, recordaron que “la empresa ni siquiera invoca una retención de tareas como causal del despido, sino una presunta negativa a trabajar por fuera de su jornada habitual. Por lo que la sanción es improcedente, desproporcionada e irrazonable, y deja claro que el único objetivo de la patronal es intentar sembrar el miedo entre los trabajadores para que acepten seguir trabajando en condiciones de grave inseguridad, lo que no lograrán”.
