Pandemia en Argentina: casi la mitad de los hogares del AMBA enfrentó despidos, suspensiones o disminución de ingresos

La grave crisis económica que arrastra la pandemia disparó aún más los índices de pobreza en la Argentina. Según el relevamiento del INDEC,  en toda la zona del AMBA el 49,3% de los hogares redujo sus ingresos, en tanto que tres de cada diez debieron dejar de comprar al menos un alimento esencial, como carnes, verduras frescas o leches.

Las cifras dan cuenta del último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, que indicó que durante el 2020 en el país la pobreza trepó a 44,2%, varios puntos por arriba del 40,8% del año anterior. La indigencia se ubicó en 10,1%.

Según el organismo oficial, durante la pandemia, el 40,3% de los hogares del AMBA registró problemas de empleo por parte de al menos uno de sus integrantes, en tanto que esa cifra se elevó hasta el 48,3% en los hogares con un niño, niña o adolescente. El informe de la UCA indicó que más de dos millones de esos niños, niñas y adolescentes de hasta 17 años padecieron hambre en la Argentina en algún momento de este año y el 64% estuvo sumido en la pobreza.

En el AMBA, los hogares más afectados por la reducción de ingresos fueron los que tienen jefes o jefas con menores niveles de instrucción, ya que alcanzó el 57,1% y si en eso hogares vive al menos un niño, niña o adolescente llegó al 57,3%.

Durante los meses de mayores restricciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio, la asistencia del Estado a través del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), la tarjeta Alimentar y los bonos resultaron fundamentales para sostener el ingreso mínimo de miles de familias imposibilitadas de acceder a sus trabajos.

De acuerdo a los datos del INDEC en el conurbano bonaerense y en la Ciudad de Buenos Aires, el 48% de los hogares recibió al menos una prestación de las implementadas por el Estado a raíz de la pandemia y el 26,8% además recibió alguna prestación del sistema de protección social vigente desde antes de la pandemia.

De todos modos, las prestaciones estatales no alcanzaron para mantener los niveles de consumo prepandemia y por eso el 33,8% de los hogares del AMBA se vio en la necesidad de reducir al menos un alimento (carne vacuna, otras carnes, verduras frescas o leche) por razones económicas y el 45,8% dejó de comprar algunos productos no alimentarios (higiene, ropa).

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Las cifras corresponden al promedio del AMBA, pero en el conurbano la situación económica resultó más crítica que en la Ciudad de Buenos Aires, dado que el porcentaje de quienes debieron reducir el consumo de al menos uno de estos alimentos alcanzó al 38% y al 21,2% respectivamente.

Además de dejar de comprar alimentos u otros productos, muchas familias del AMBA no pudieron hacer frente al pago de las tarifas. Según el informe, el 28,6% de los hogares dejó de pagar o tuvo problemas para cubrir los costos de los servicios de la vivienda; mientras esta situación afectó al 14,7% en CABA, el impacto fue de más del doble en el conurbano bonaerense, con el 33,3%.

Las dificultades alcanzaron también al 4,6% de los habitantes del GBA que no pudo acceder a medicamentos y quienes tuvieron inconvenientes para realizar una consulta médica alcanzó el 8,6%.