La nueva corrida del dólar, que llevó a la divisa estadounidense a tocar los 48 pesos, superando el techo histórico marcado en diciembre del año pasado, anticipa un nuevo impacto en las mediciones de inflación del mes de mayo y destroza el “pacto de caballeros” del oficialismo para congelar los precios de algunos productos esenciales hasta fin de año.
La nueva debacle cambiaria, aun año exacto de la que obligó al gobierno de Mauricio Macri a volver al Fondo Monetario Internacional (FMI), la nueva disparada del dólar se produce en un escenario nacional e internacional muy complicado. A nivel local, mientras en todas las encuestas se fortalecen los proyectos opositores, también crecen las versiones que impulsan un cambio de figuritas en el oficialismo hacia las elecciones de octubre, reemplazando a Macri por la gobernadora María Eugenia Vidal como candidata presidencial. En el ámbito internacional, la desconfianza de los inversores en cuanto a las posibilidades del Gobierno de estabilizar la economía se hace patente con la subida del riesgo país a más de mil puntos, cifra récord desde 2014.
A principios de la semana el dólar estaba en 43 pesos y este jueves se acercó a los 48, lo que implica un incremento de 12% en unos pocos días. En ese escenario, comienzan a crujir las promesas de “congelamiento” anunciadas por el oficialismo, sobre todo en lo que hace a los 64 “productos esenciales” anunciados por el ministro de Producción Dante Sica como un “alivio” para las familias golpeadas por las cifras récord de inflación de más de 4% registradas durante marzo.
Es absolutamente improbable que los productores, que recibirán el impacto de un inmediato aumento de costos por los insumos dolarizados (a lo que debe sumarse el inminente aumento de los combustibles, que después de la corrida cambiaria seguro será aún mayor), vayan a sostener los precios acordados por 8 meses más, trabajando a pérdida sólo para cumplir con el “pacto de caballeros” realizado con el Gobierno. En ese marco, tampoco sería extraño que también las empresas gasíferas y eléctricas planteen la necesidad de un nuevo ajuste tarifario, terminando de destruir las las promesas oficiales.
Ya antes de la disparada del dólar de este jueves eran muchos los economistas que anticipaban una inflación superior al 5% para el mes de abril y de más de 45% para el año. Ahora la proyección se amplía a mayo, mes en el que se constatará la transferencia del aumento del dólar a los precios de productos y servicios.