Omar Viviani, el histórico dirigente sindical, renunció a la conducción de los taxistas

Con sorpresa el sindicalismo recibió la noticia del alejamiento del histórico dirigente de los taxistas, Omar Viviani, quien luego de casi tres décadas de conducción del gremio, dará un paso al costado y será su adjunto, José Luis García quien tome las riendas del gremio para concluir un mandato que tiene vigencia hasta el 2023.

La noticia se oficializó a través de la abogada del sindicato, Mónica Rissotto, hoy funcionaria del gobierno de Alberto Fernández en el Ministerio de Trabajo donde ocupa la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales.

Con ello, Viviani había sido uno de los pocos sindicalistas premiados con algún “lugar propio” en el apretado organigrama de Gobierno, deseo que hubiesen querido cumplir todos los gremios a la hora de la conformación de los ministerios de Trabajo, Transporte y Desarrollo Social.

La decisión ya fue anunciada al resto de la comisión directiva y estaría dispuesto para asumir en funciones García, quien fuera su mano derecha. Las razones todavía presentan algunas contradicciones pero los más allegados ahondan en una vieja interna gremial, que sumada, a la crítica situación en la que se encuentra el sector por la pandemia, finalmente logró el desgaste de Viviani, quien a los 70 años consideró oportuno dar un paso al costado.

Viviani, integrante de la CGT, había sido invitado a algunas de las últimas reuniones ampliadas de la central, aunque su protagonismo entre los principales referentes de la central había ido desdibujándose en los últimos años.

Quien fuera entonces uno de los principales referentes del Movimiento de Acción Sindical Argentino junto a Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria, también había sufrido fracturas previas dentro del MASA y un desentendimiento político en las últimas elecciones, cuando el taxista decidió acompañar la candidatura del salteño, Juan Manuel Urtubey, duramente derrotado en las urnas.

Desde allí se vio aún más debilitado dentro de la organización, y pese a contar con Rissotto como funcionaria del gobierno nacional, le fue difícil gestionar un acercamiento, en momentos donde se volvió casi indispensable debido a la crítica situación del sector de los taxistas, muchos en una situación terminal frente a la pandemia.