El reemplazo del ex titular de la cartera laboral Claudio Moroni por la economista porteña Raquel “Kelly” Olmos abre una nueva etapa en la relación con los gremios y plantea una serie de dudas respecto de la profundidad de los cambios que impulsará la nueva gestión. El momento para el cambio de dirección del Ministerio de Trabajo es muy delicado ya que las presiones inflacionarias vienen planteando desde hace meses una dinámica constante de renegociación paritaria, con cláusulas gatillos para intentar defender el poder adquisitivo de los salarios.
Además, la salida de Moroni se produjo inmediatamente después del largo conflicto del gremio del neumático Sutna, que logró un importante triunfo, negociando una paritaria que además de dos bonos extraordinarios por más de 130 mil pesos antes de fin de año les garantizaría aumentos salariales dos puntos por encima de la inflación para 2022 y diez puntos en 2023. Esto, sumado a la revisión paritaria de los bancarios, que redondeó algo más del 97% anual, sube la vara para las negociaciones de otros gremios y pone a la nueva ministra del sector en una posición delicada para intentar contener estas demandas.
Primeras definiciones de la flamante ministra de Trabajo Kelly Olmos
Olmos tiene una sólida formación como economista pero carece de experiencia en el mundo sindical, lo que no dejó de comentarse en los gremios, que ya antes de su asunción formal del cargo (que será este jueves) ya comenzaron a anticipar sus reclamos. Está claro que se trata de un nombramiento que, por un lado, no deja plenamente satisfecho a ningún sector gremial y que además apunta a armonizar la dinámica del Ministerio de Trabajo con los propósitos oficiales de cumplir las pautas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En principio, trascendió que Olmos no aparece como favorable el pago de sumas fijas a trabajadores del sector privado, como mecanismo para compensar la inflación, un reclamo vinculado a ciertos sectores gremiales más afines al kirchnerismo.
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT), por medio de su secretario de Prensa y titular del Sindicato del Seguro Jorge Sola, se consideró que “la decisión del presidente se encarrila dentro de lo que él cree puede ser funcional a su gobierno y en ese sentido la central obrera va a sostener ese funcionamiento”. Respecto de Kelly manifestó: “La conocemos de su militancia y por su carácter técnico como economista. Su relación con los gremios es muy fluida”. Sin embargo, Sola planteó: “Hubiéramos pretendido un acercamiento para intercambiar opiniones sobre los distintos sectores porque no se trata solo del ministro. Hay otros cargos técnicos importantes para los gremios. La política necesita nutrirse de los actores sociales que no son solo los actores políticos partidarios sino también los dirigentes de la CGT y las centrales de empleadores. Escuchar eso permite abrir la cabeza y elegir la mejor opción”.
Más sectores se suman al acto del 17 de octubre en Plaza de Mayo
El dirigente del Seguro enfatizó la necesidad de abrir un diálogo con la CGT en torno a cargos de interés de la central de los gremios como los del viceministro (secretario de Trabajo) y director de Asociaciones Sindicales: “Nos interesa el funcionamiento técnico. No sabemos si el vice y los funcionarios van a ser los que están ahora, cuando eso se conozca haremos público nuestro apoyo más explícito”.
En un sentido similar, el titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) Andrés Rodríguez remarcó la falta de “consulta” para la designación de Kelly, aunque reconoció que “no es un apocalipsis” y concluyó: “Desmiento un rechazo de la CGT a la designación de Kelly Olmos”, a quien definió como “una compañera de larga militancia peronista, la conocemos desde hace muchos años”.
También Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, opinó sobre la designación: “Olmos no tiene experiencia en el ámbito laboral, pero bueno, hay una expectativa abierta de que pueda desarrollar una buena gestión. Generalmente, cuando hay estos cambios las centrales sindicales esperan ser consultadas. Nosotros no fuimos consultados”. Luego reconoció que “conoce al movimiento sindical” pero remarcó que “no ha tenido gestión ni como abogada laboralista que es lo que uno espera de un Gobierno que viene de la tradición del peronismo”. Para terminar, definió: “Pero sí abre una expectativa favorable. Esperemos que la ministra nos convoque, que podamos tener diálogo y que tengamos una acción política”.
Desde Camioneros se hizo más énfasis en el historial de la nueva funcionaria. Pablo Moyano, que viene acelerando su diferenciación con el sector de los “gordos” de la CGT, recordó: “Ella se proclamó menemista y nosotros enfrentamos al menemismo; esperemos que haya cambiado”. El co-secretario cegetista había anticipado también hace unos días un reclamo paritario de 130% de su sector, sosteniendo que frente a lo que podría ser un plan de lucha camionero “la huelga de Sutna será un poroto”.