A punto de cumplir 100 años de su creación, la Organización Internacional del Trabajo difunde un nuevo informe (presentado en Buenos Aires) sobre el estado de la “protección social” en la región. Destaca que se registran avances en la cobertura, pero alerta sobre la existencia de brechas que deben ser atendidas de forma imperiosa para hacer frente a los desafíos que trae consigo el “futuro del trabajo”.
Según el documento llamado “Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe”, en América Latina, más de la mitad de los trabajadores no integran un sistema de seguridad social que les permita por ejemplo: enfrentar el desempleo, enfermedades complejas y los riesgos asociados a la vejez.
El análisis de la OIT, abarca diferentes prestaciones, desde las pensiones para los adultos mayores, a seguros de desempleo, cobertura de salud o transferencias para garantizar ingresos a familias con niñas y niños, incluyendo tanto la cobertura contributiva (relacionada al empleo, que sólo es del 44,6%) como la no contributiva.
Es decir que “Hablamos de unos 145 millones de trabajadores que no cotizan (un 55,4%) en una región donde la población está envejeciendo, lo cual puede impactar su futuro y el de sus familias”, expresó el Director Regional de OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, quien dejó sentado que “frente a la incertidumbre generada por el futuro del trabajo es urgente tomar medidas para reducir esas deficiencias que registra la región”.
El informe indica también que la cobertura contributiva es asimétrica por sectores y regiones. Se concentra mayoritariamente en los asalariados públicos (80%),luego privados(62%), cuentapropistas (15%) y trabajo doméstico(26%).
Asimismo, es notoriamente más alta en la región del Cono Sur (incluyendo Brasil), donde llega a 58,6%, en comparación con los países Andinos donde llegó a 31,4% o de Centroamérica y México, donde alcanzó a 31,2%.
Aunque el número de cotizantes en el primer quintil de población (20% con menos ingresos) aumentó de forma importante en el período analizado, la tasa llegó a sólo 12,3%. En comparación, el quinto quintil (20% de mayores ingresos), tiene cobertura contributiva de 71,2%. Los quintiles III y IV también tienen coberturas relativamente elevadas de 55,3% y 61,9%, respectivamente.
En cuanto a pensiones, el informe destaca que para América Latina, en 2015, el 51% de los mayores de 65 años recibía una pensión, un avance de 6 puntos con respecto a 2005. Sin embargo, todavía 49% de los adultos mayores de 65 años no recibe una pensión, proporción que es de 75% en los Países Andinos y de 80% en Centroamérica y México. Sólo en Cono Sur esta proporción es más baja al situarse en 25%.
Fabio Bertranou, director de la OIT en el Cono Sur y coordinador del informe, también recalcó que “la región es sumamente heterogénea y el ámbito de la protección social es muy diverso y complejo”, con la convivencia de un amplio espectro de instituciones que gestionan esquemas de seguro social y programas no contributivos y asistenciales.
En ese sentido destacó que “Los debates de política pública y las decisiones políticas y financieras que se tomen sobre la estructura de la protección social son claves en este momento en que se avizoran grandes cambios en materia demográfica, ambiental y climática en la organización de la producción y el trabajo”.