Obispos cuestionaron aumento de la pobreza y Macri reconoció que “quedan meses duros”

A pocos días de las festividades navideñas, el presidente Mauricio Macri recibió a las máximas autoridades de la Iglesia argentina, quienes plantearon duras críticas por el aumento de la pobreza en el país. El vínculo del Gobierno con la institución atraviesa un momento muy crítico, también por la tensa relación con el Papa Francisco.

Durante la reunión con el Presidente, la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, encabezada por su titular monseñor Oscar Ojea y otras figuras religiosas tales como el arzobispo de Buenos Aires Mario Poli y los obispos Marcelo Colombo y Carlos Malfa, se manifestó preocupada por la escalada en la pobreza y la indigencia y reclamó por la desnutrición infantil, la caída del poder adquisitivo y el consumo, el aumento del desempleo y el avance de la droga en los barrios más humildes (por lo que se reclamó un aumento para el presupuesto del Sedronar).

Macri debió reconocer que la crisis económica va a continuar durante buena parte del año que viene: “Todavía tenemos meses duros por delante. Estamos en el territorio y sabemos lo que pasa, no ignoramos los problemas”. Luego, a través de un comunicado oficial, desde Casa Rosada se insistió en que “se están dando los pasos necesarios en el plano social” y se afirmó que durante el encuentro se coincidió en “seguir trabajando en temáticas de interés como la lucha contra las adicciones y la drogadependencia”.

En un reciente documento común con organizaciones sociales, sindicales y empresariales, la cúpula de la Iglesia Católica se sumó al cuestionamiento por la “grave” situación social del país, planteando que “es necesario repensar un modelo de Nación con un desarrollo integral”. El documento detalla: “El aumento de la desocupación y la informalidad, resultado en gran medida del ahogo por el que atraviesa la industria nacional, en especial las pymes, urbanas y rurales, las cooperativas y las economías regionales producido por la abrupta caída del consumo interno, las altas tasas de interés, el aumento indiscriminado de las tarifas, la apertura de las importaciones, el endeudamiento desproporcionado, son todas cuestiones que requieren repensar el modelo de Nación”.

El texto fue uno de los últimos hechos que molestaron al Gobierno por parte de una iglesia que viene realizando gestos políticos muy críticos, desde la misa en Luján con todo el gremialismo opositor. La Conferencia Episcopal también viene criticando duramente a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal (el cuestionamiento más reciente es por la muerte de los 9 presos en la comisaría de Esteban Echeverría y por la habilitación al juego online y la ampliación del horario de venta de bebidas alcohólicas).

Todo esto, en el marco de intervenciones cada vez más cuestionadoras por parte del Papa Francisco, quien recientemente pidió informes sobre el “uso selectivo” de la Justicia para perseguir a líderes opositores como la ex presidenta Cristina Kirchner o Lula Da Silva o el reciente mensaje del sumo pontífice que apuntaba directamente contra el decreto de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que amplió las potestades para el uso de armas de fuego de las fuerzas de seguridad federales.