El Consejo Nacional del Salario se reúne este martes a las 15 horas por convocatoria del Ministerio de Trabajo. Allí volverán a sentarse el Gobierno, los empresarios y los gremios para definir -en forma virtual- la actualización del Salario Mínimo Vital y Móvil correspondiente al período 2021.
Si bien hay un enorme hermetismo sobre el número final que acercarán los gremios, algunos dirigentes sindicales ya confirmaron que serán bastante mayores al 30% que se había pensado en un primer momento, en sintonía con la propuesta del ministro Guzmán.
La CGT reunida el viernes ya hablaba de un 40% y reducir las cuotas de tres a dos. La CTA de Hugo Yasky también está pensando en solicitar por lo menos un 40% pero además efectuado en un sólo pago. Y la CTA Autónoma directamente se sentará con la postura de un salario que iguale la canasta básica que hoy indica el INDEC para no ser pobre cercana a los $60.000.
El pedido desde la organización que conduce Ricardo Peidro es visto como una utopía, dado que el piso hoy es de 21.600 pesos, lo que significaría triplicar el ingreso, algo imposible para los números en rojo que aparecen en la administración nacional, en plena segunda ola de Covid, y con restricciones que seguramente se endurecerán.
Pero sucede que a este contexto no se le puede quitar una cifra que ronda como un fantasma. Los trabajadores están cobrando un salario mínimo que ya no roza la pobreza sino que ha caído en la indigencia, una cifra que no alcanza para satisfacer las necesidades económicas básicas. Para no ser indigente hoy se necesitan 31.500 pesos.
Existe hoy un 42% de pobreza en la Argentina y un 10,5% de indigencia, algo así como 19 millones de pobres, de los cuales 4,5 millones son indigentes. Con esos números se sentarán en la tarde del martes -en forma tripartita- en busca de un alivio para el bolsillo de los trabajadores.
Pero el empresariado también planteará sus enormes dificultades, en un despegue económico que aún está a media máquina, atravesado por una total incertidumbre que le aportan los datos de la economía y la pandemia en plena expansión. Esa es la realidad que se pondrá sobre la mesa, con advertencias de posibles quiebres y cierres de PyMes que podrían significar algo peor: pérdida de empleo.
Y una tercera dificultad para las arcas del Estado: este incremento que se otorgue impacta también de lleno en los planes sociales, estimados al 50% de un Salario Mínimo Vital y Móvil, salario que es referencia también para las siguientes negociaciones paritarias de todos los demás gremios que están en conversaciones por estas horas de acuerdo a sus Convenios Colectivos de Trabajo.