Ni Macri jugándola de «amigo», ni Moreno acusado de estilo «Far West» ni Español con la Mesa del «diálogo» servida pueden frenar los precios de los alimentos

Una verdad a la que ya nadie puede darle la espalda es que la inflación es la que come el poder adquisitivo del consumidor y nos empobrece a todos, particularmente a los sectores más vulnerables. De hecho, el acumulado del 13% en el primer trimestre del año ya desequilibró los planes financieros del Ejercicio Actual y deterioró los salarios en forma preocupante, que no se sabe si podrán recuperarse con las paritarias en curso.

En éste punto, se espera por éstas horas el índice de incremento de precios del mes de abril que ya debería marcar una tendencia en baja para volver a los parámetros presupuestados. Sin embargo, hay disidencias respecto a la sorpresa que nos tendrá reservada el INDEC a la hora de «blanquear» ese número.

Fuentes consultadas por Estado de Alerta se mostraron en algunos casos apuntando a un 4% de incremento de precios para el cuarto mes del año. Pero otras consultoras coincidieron en que nuevamente las subas irán por encima de los cuatro puntos, acercándose al 18% de aumento entre enero y abril y que las «recetas» y «programas» aplicados no están dando los resultados esperados.

Esta es la demostración de que las particularidades argentinas a la hora de la “remarcación” suelen superar a todos los gobiernos y todas las políticas. La pertenencia de Mauricio Macri, a uno de los grupos empresarios argentinos más poderosos del país, no le alcanzó, por ejemplo, para que sus «amigos» lo acompañaran en la propuesta de la “estabilidad” de precios.

Tampoco funcionó en su momento, lo que llamaron “la pistola” de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio de Cristina Fernández, a quienes los empresarios decían temerle, pero cuyo miedo nunca se materializó en las góndolas.

¿Por qué sería diferente hoy con la funcionaria albertista Paula Español y su campaña de control de precios? Su capacidad de diálogo con todos los sectores es bienvenida por los empresarios y reconocida por la COPAL y por la Unión Industrial Argentina, pero el objetivo de fondo permanece incumplido.

Las alimenticias están a favor por ejemplo de programas como Precios cuidados por eso se extiende desde hace años, pero no con el de Precios Máximos, al que el empresariado se resistió y no tuvo buenos resultados. Los empresarios opinan que los controles de precios tienen que ser muy de coyuntura, de corto plazo.  “Sólo excepcionalmente, pueden resultar positivos, porque si eso se mantiene en el tiempo, no funcionan”, expresaron los hombres del rubro.

El empresariado lo primero que reclama “es una moneda fuerte”, para poder dar pelea al aumento de precios. “En un país con una economía dolarizada, estamos sujetos a los vaivenes de la moneda extranjera”, justificó Cabrales, el industrial del café que suele oficiar de vocero del sector.

Las exigencias para el equipo económico no son nada originales pero no por eso son fáciles de llevar adelante. Exigen un plan económico sustentable a largo plazo que incluya reformas estructurales: una modernización tributaria y laboral, que habría que hacerla por regiones y por actividades. Nada novedoso pero sí, por momentos inalcanzable en un país con casi 50% de pobres y atravesando de lleno una pandemia.

Los desafíos son enormes en materia inflacionaria. Los interrogantes son muchos y las respuestas pocas. Luego de la gira europea donde el primer mandatario junto a su ministro de Hacienda despliegan sus planes a corto plazo para poder cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario, se esperan novedades que den señales sobre cuál será finalmente el rumbo.