Multitudinaria marcha contra el último golpe de Estado en el año que la Democracia Argentina canta ´las 40´.

Cruzada por coyunturas políticas electorales y por posturas distintas en las prácticas de visualización de las denuncias contra los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura civico-militar; todas la capitales del país vivieron una jornada masivamente activa de reivindicación de los Derechos Humanos.

Así a 47 años del derrocamiento institucional comandado por Videla, Massera y Agosti, el 24 de marzo de 1976, en los distintos reclamos actualizados -incluso en el Foro que tuvo como sede principal la ex  ESMA-, las entidades convocantes, decidieron ampliar y visualizar estos derechos, incluyendo los laborales, los de género, los ambientales, los crímenes y la captación de jóvenes por el narcotráfico y el bienestar general en la distribución de la riqueza de las naciones, entre otros ejes de debate.

De esta forma, tanto los propios organismos de Derechos Humanos, como la mayoría de los sectores aliados en este tipo de reclamos, desde organizaciones sociales y sindicales, hasta agrupaciones partidarias y regionales y el propio poder ejecutivo nacional y de muchas provincias; le dieron un nuevo valor al ´Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia´.

Basta recordar que la gran mayoría de los 30 mil detenidos desaparecidos durante los años de horror, eran trabajadores, estudiantes, dirigentes gremiales y estudiantiles, que las fuerzas para-policiales y para-militares fueron a buscar a sus domicilios en el inicio del plan sistemático de exterminio que puso en práctica la dictadura, a partir del día siguiente a su toma del poder.

Este escenario debe trasladarse a toda la región, ya que Latinoamérica toda (plan ´Cóndor’ y otros mediante), sufrió la total pérdida de libertades de sus pueblos, en un período que se extendió hasta incluso entrados los primeros años de la década del ´80 del siglo anterior.

El plan más allá de la puesta en práctica del secuestro, la tortura, el fusilamiento y en nuestro país exponencialmente el robo de bebés y de bienes, tenía como objetivo central un plan económico financiero de endeudamiento indiscriminado para beneficiar a los sectores privilegiados en desmedro de la masa salarial y las clases medias de las sociedades de todo el continente sur y centro americano hasta incluso México.

Hoy la situación de crisis, con brutal pérdida de poder adquisitivo se presenta como un escenario ideal para el desembarco de estos mismos patrones de sojuzgamiento y dominación, a fin de alcanzar la máxima precarización laboral y social, impulsando a las nuevas democracias a situaciones extremas donde escaseen recursos y herramientas para sostener una justicia social que garantice una calidad de vida digna y un mínimo bienestar.

De ahí el desafío de la región, con un contexto internacional donde los países centrales discuten sus asuntos prioritarios con conflictos bélicos y otro tipo de injerencias internas (organismos financieros incluidos), a fin de sortear sus propias crisis: obliga a la dirigencia y el sistema de representación por el voto popular, una jerarquización de sus debates y acciones.