Reuniones presenciales, vía zoom, y de todo tipo se dan por éstos días para mantener un canal de diálogo que posibilite la implementación de políticas de estímulo al desarrollo territorial, las que anteceden al “inminente” anuncio de Alberto Fernández que incluye unas sesenta medidas que conformarán una especie de un “ambicioso” plan para la emerger de la pandemia.
La vuelta a la nueva normalidad, según coinciden todos los actores sociales y políticos demandará mucha astucia y fortaleza para sobreponerse a la crisis en la que quedará sumido el país, un país que ya venía golpeado, con una economía en rojo y un sistema productivo sitiado por cierre de pymes, comercios y despidos.
Aunque ese panorama tan oscuro, ya comienza a mostrar alguna luz al final del “túnel” y algunas voces desde el Gobierno señalan ser “optimistas con fundamento”, porque aunque todavía imperceptible “estamos en fase de recuperación”. De hecho, a niveles productivos, lo peor ya pasó dicho por un dato objetivo: el consumo de energía eléctrica industrial, el termómetro más exacto de lo que realmente está pasando en las fábricas.
De acuerdo a datos oficiales, el pico de caída lo atravesamos en el mes de abril, -exactamente el 19- con un (-42%) cifra que en mayo decreció al (-34%) en junio al (-24%) y hoy estamos en niveles menores al (-12%), es decir, cerca del esquema pre Covid, aunque con sectores con enormes dificultades particularmente en los canales comerciales por mercaderías stockeadas que no se habían vendido, producto de la recesión económica de los dos últimos dos años del gobierno de Macri.
Por estos días “ya empieza a tirar la demanda en las fábricas” se ilusionan funcionarios y empresarios. “Pica en punta la producción y venta de maquinaria agrícola y se están encendiendo también sectores como los insumos para la construcción o los textiles”, según cuentan los hombres de negocios.
Por su parte, desde la CGT, tanto Héctor Daer como Carlos Acuña, los dos secretarios generales de la central, se reunieron con AEA y luego con el titular de Producción e insistieron en la necesidad de «encontrar puntos de acuerdo entre gremios y sectores empresarios para sostener a las empresas y mantener las fuentes de empleo».
Pero el éxito del despegue dependerá de muchas variables: también del arreglo de deuda con los acreedores, objetivo central del Gobierno por éstos días y de todos los actores que piensan en apostar al “plan nacional de desarrollo” que según describen cerca de Olivos es muy ambicioso “en términos de financiamiento, consumo, promoción del consumo, medidas sectoriales y de promoción regional”.
Ese es el núcleo de este nuevo ordenamiento de salida donde no habrá un punto de inflexión sino que será un proceso de fuerte articulación federal. De hecho ya Wado De Pedro, ministro del Interior, Matías Kulfas, ministro de Producción y Martín Guzmán, ministro de Economía, ya se reunieron con 19 gobernadores para hacer pie en territorio, analizar esas políticas de desarrollo en las economías regionales y la generación de empleo.