En el marco de su reciente participación en el encuentro del Club del Petróleo que se realizó en el Hotel Libertador, el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger anticipó la intención oficial de habilitar el “autodespacho” de combustibles en las estaciones de servicio, lo que pone en peligro las fuentes laborales de miles de trabajadores del sector. “El decreto ya está escrito”, aseguró el funcionario. Carlos Acuña, cotitular cegetista y secretario General del Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio (SOESGyPE) consideró que la iniciativa es más una “expresión de deseo” oficial que un proyecto viable.
“En la Argentina, por un tema de necesidad extrema, YPF lo ha implementado en Rosario, porque las estaciones en la noche se hacen con autodespacho, pero no tendría que ser por un tema de seguridad, es un tema de libertad. Vos organizás tu relación comercial de la manera más libre que quieras, ¿no?”, agregó el ministro, sin referencia alguna a la pérdida de puestos de trabajo. Y completó: “Es un tema que entra dentro de las generalidades de la ley. Tenemos, también, toda una discusión sobre los tamaños de las estaciones de servicio. No sé exactamente cómo quedó el decreto por el tema de los camiones, etcétera, pero nosotros queríamos liberar totalmente las restricciones de tamaño, que son bastante restrictivas, pero no me acuerdo cómo quedó. Pero el decreto está escrito y ya está en proceso para el autoabastecimiento”.
Acuña advirtió qeu con este proyecto “cerca de 70.000 trabajadores podrían perder sus puestos”, aunque relativizó el impacto inmediato de la iniciativa, considerando que constituye más una “expresión de deseo” que un plan viable, considerando los riesgos de seguridad que implica y advirtiendo que su impacto final sobre los precios de los combustibles sería mínimo. En este sentido, detalló que el costo del personal que cumple tareas en las estaciones de servicio apenas implica un 3% del costo final del combustible. Y concluyó: “Si se busca algún cambio, se podrían otorgar francos los domingos a los empleados, permitiendo a los trabajadores disfrutar tiempo con sus familias, en lugar de impulsar medidas perjudiciales para el sector y la sociedad“.
El titular de la Confederación de Empresarios del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), Isabelino Rodríguez, apoyó la iniciativa oficial y apuntó a la necesidad de avanzar con cambios culturales de los clientes para “lograr una implementación más rápida”. Y destacó: “Entendemos que esta será una posibilidad más para los consumidores, quienes tendrán libertad al momento de autocargarse combustible. Sin embargo, será un proceso gradual. Es importante considerar las diversas situaciones culturales y de uso actuales”.
Alejandro Di Palma, coordinador de Estacioneros Autoconvocados, planteó una serie de objeciones a la viabilidad de la iniciativa: “Si bien con el selfservice Sturzenegger no está inventando nada nuevo, lo que realmente hay que tener en cuenta es que en el plano local existen en la actualidad una serie de factores y condiciones que impiden la aplicación de esa modalidad. Antes de salir a anunciar la implementación del autodespacho de combustibles, el Gobierno debería definir qué va a pasar con las exigencias y reglamentaciones ambientales y de seguridad que obligatoriamente deben cumplir las estaciones de servicio”.
“Más allá del anuncio falta aclarar cuáles son los motivos y los pasos que se seguirán para la implementación de los cambios”, añadió el dirigente, enfatizando además que “la política de automatización que impulsa el Gobierno no está dimensionando el impacto negativo que provocaría en las fuentes de trabajo”. Y completó: “En los países donde existe esa modalidad hubo previamente una estrategia oficial y una etapa de transición de varios años que permitió llegar a la aplicación plena de la autocarga de combustibles por parte de los usuarios”.
