Este martes miles de residentes médicos de nivel nacional y de la provincia de Buenos Aires marcharon desde el Obelisco a la Plaza de Mayo exigiendo salarios dignos, el pago en tiempo y forma y una desprecarización laboral.
La medida se enmarca en la semana de lucha del sector en la que los trabajadores de la salud hacen sentir su indignación, cansancio por haber estado hace nueve meses en la primera línea de lucha contra la epidemia de coronavirus y amargura frente a la política salarial del Gobierno nacional, así como de los gobiernos provinciales y municipales, que ofrecen recomposiciones salariales muy por debajo de la inflación.
Desde la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), que participó de la movilización de los residentes, se denunció que la oferta salarial del Gobierno nacional de 25% para la paritaria 2020, finalmente aceptada tanto por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) como por la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), “convalida y profundiza el deterioro salarial del 21% sufrido en estos últimos cuatro años por los trabajadores estatales”, ante una inflación que en los últimos 12 meses alcanza al 37%.
En el caso de los residentes nacionales, reclaman la convocatoria a la paritaria del Decreto 1.133. También participaron de la movilización trabajadores del Hospital Posadas, que vienen llevando adelante un plan de lucha por salarios y por el pase a planta de buena parte del plantel del hospital, que cumple sus tareas en condiciones de precarización.
En el mismo sentido, esta semana se lanzaron planes de lucha en distintas provincias. Ayer hubo manifestaciones en Chubut, hoy comienza el paro en Tucumán y las movilizaciones en Río Negro y este miércoles se parará en la provincia de Santa Fe.
María Fernanda Boriotti, presidenta de Fesprosa, sostuvo que las medidas de lucha son la reacción lógica frente a un discurso que habla de los trabajadores de la salud como esenciales en contraposición a un trato real que los ubica como descartables. “Finalizamos el 2020 con agotamiento y decepción en los equipos de salud. Necesitamos un viraje radical de las políticas públicas para nuestro sector en 2021.Hay que saldar la deuda con la salud pública y sus trabajadores”.
