El presidente Javier Milei fue el principal orador del tradicional acto por el Día de la Industria que organizó la Unión Industrial Argentina (UIA), destacando en su intervención la reducción del Impuesto PAIS sobre el dólar. En ese marco, ratificó los planes oficiales de continuar reduciendo al Estado y eliminando trabas burocráticas para avanzar con la liberalización de los mercados, al tiempo que planteó la necesidad de seguir “bajando el costo laboral”, lo que plantea un nuevo llamado de atención para los gremios.
El acto, realizado en la sede de la UIA de Avenida de Mayo 1147, fue abierto por el titular de la entidad industrialista Daniel Funes de Rioja, quien hace pocos días advirtió el derrumbe de la actividad industrial que, según datos de la propia UIA, después de 13 meses consecutivos de retroceso ya cayó un 19,5% en términos interanuales. Funes de Roja remarcó que “las naciones consideradas desarrolladas en el mundo tienen industria” y aseguró que si bien los empresarios no se oponen a la apertura, requieren que se haga en “condiciones de igualdad” (dando cuenta así de uno de los principales reclamos de los empresarios PyME que, siendo los más golpeados por el plan económico oficial, exigen no eliminar las protecciones estatales e implementar medidas urgentes para la reactivación del sector).
¿Qué reforma laboral buscan imponer Gobierno y empresariado con la reglamentación de la Ley Bases?
Uno de los principales puntos de la intervención de Milei pasó por el festejo por la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS (de 17,5% a 7,5%), que comenzó a regir este lunes: “Esta mañana bajamos 10 puntos del nefasto Impuesto PAIS. Un impuesto que fue creado por el kirchnerismo bajo la excusa de que sería temporal, y sin embargo se cansaron de prorrogar sistemáticamente”.
Como es habitual, el mandatario cargó contra la existencia del Estado y denunció que hasta hoy “la industria quedó subordinada a la sobreprotección del Estado en formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias y barreras arancelarias”, lo que la hizo “cada vez más dependiente” de una dinámica que se basaba en el “robo al campo”, encareciendo los productos para el mercado interno al tiempo que se afectaba el “potencial exportador”.
La CGT vació de contenido la reunión convocada por Pettovello, Sturzenegger y Cordero
“Vinimos a achicar el Estado para agrandar el bolsillo de ustedes”, planteó Milei sin tapujos, dirigiendose a una primera fila de empresarios entre los que se contaban referentes como Gustavo Weiss (Camarco), Javier Martínez Álvarez (Tenaris), Alejandro Bulgheroni (PAE), Martín Cabrales (Cabrales) y Javier Goñi (Ledesma), entre otros.
Una de las estrategias definidas por el mandatario para “agrandar el bolsillo” de las empresas es la reducción del costo laboral, “derivado de regulaciones vetustas que destruyen el trabajo”. Al respecto, amplió: “Las leyes laborales en Argentina son al trabajador lo que la fracasada ley de alquileres es a los inquilinos”. La ofensiva conjunta con el empresariado para reducir las protecciones al trabajo y recortar derechos laborales se encuentra en marcha, en el marco de la llamada “Mesa de diálogo” entre ambos sectores para implementar el capítulo laboral de la ley bases y avanzar con nuevos proyectos. En este sentido, en estos días se estuvieron discutiendo en el Congreso proyectos de reforma de la Ley de Empleo y de la Ley de Asociaciones Sindicales.
Avanzan en Diputados planes de reforma de convenios laborales y asociaciones sindicales
“La guerra contra el costo argentino implicará una transformación profunda en el sector industrial. Reducir el costo argentino compensará la eliminación de beneficios perniciosos para la sociedad”, enfatizó el Presidente. Luego remarcó que el programa económico oficial “tiene etapas” y aseguró que no se van a “apresurar” decisiones “si no están dadas las condiciones”.
Después de afirmar que la “reforma estructural” que impulsa su administración es “ocho veces más grande” que la que en su momento llevó adelante el ex presidente Carlos Menem, Milei concluyó su discurso con un nuevo guiño al empresariado (en el que sin embargo prolifera el escepticismo ya que, más allá de las promesas oficiales de mejoría, la generalizada recesión económica muestra un panorama cada vez más negativo): “El Estado no genera ni riqueza ni trabajo, eso lo hacen los empresarios al apostar su capital. Un empresario que gana dinero es un benefactor social porque resuelve problemas de la gente”.