Con las paritarias empantanadas (tanto para su Rama 17 como para la 21, siderúrgica) y tras el fracaso de la reunión sostenida con representantes empresariales de este martes y el fin de la conciliación obligatoria dictada a inicios de mayo, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) evalúa la posibilidad de retomar un plan de lucha para obtener una mejora salarial que recomponga el poder adquisitivo perdido ante la evolución inflacionaria. Mientras se extienden las negociaciones, continúan los cierre de empresas y los despidos en distintas ramas de la producción metalúrgica.
Después de no lograr acuerdos en las últimas reuniones sostenidas primero con Adimra y el resto de las cámaras de la actividad metalmecánica y luego con la Cámara Argentina del Acero (CAA, liderada por el Grupo Techint) y con el fin de la prórroga de la conciliación obligatoria dictada ante su anuncio de paros escalonados del pasado mes de mayo, que vence este miércoles 4 de junio, el gremio encabezado por Abel Furlán podría avanzar inmediatamente con nuevas medidas de fuerza.
Con la presencia de Kicillof, el Congreso de la UOM votó un plan de lucha con paros escalonados
Durante la audiencia de la semana pasada, los dirigentes metalúrgicos ratificaron, en referencia a lo votado en el reciente Congreso Nacional de Delegados Metalúrgicos, que se realizó en la ciudad de Mar del Plata, que “la parte sindical manifiesta que ratifica en todos sus términos los reclamos formulados, como así también recuerda al sector empresario que la UOM cuenta con un mandato expreso para adoptar medidas de acción directa que, en el caso de no arribarse a un acuerdo, vencido el plazo de la conciliación obligatoria serán llevadas adelante”. El lanzamiento de un plan de lucha por parte de la UOM para romper el techo salarial que intenta fijar el Gobierno de Javier Milei será una referencia para gremios como los de Alimentación, Construcción o Salud, en los que también crece la presión desde las bases para conseguir una recomposición que permita que el salario no pierda contra la inflación.
En ese contexto difícil, la actividad del sector continúa en crisis. En las últimas horas una histórica cooperativa contratista de la siderúrgica Acíndar (la Cooperar 7 de Mayo) enfrenta la posibilidad de perder más de 100 puestos de trabajo por el impacto del desplome del mercado interno y la apertura de importaciones definida por el oficialismo, que perjudica a las grandes empresas del sector. En los próximos días se llevará adelante una audiencia en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe para intentar revertir la decisión de Acindar de desvincular a 60 trabajadores de la cooperativa (casi la mitad de la plantilla total de esta empresa recuperada), sin el pago de las indemnizaciones correspondientes, por ser tercerizados.
Por otra parte, la metalúrgica Futura, ubicada en el Parque Industrial de Gualeguaychú, le comunicó a sus 22 trabajadores el cierre de la empresa. El año pasado esta empresa con casi 50 años de historia ya había concretado una dura reducción de personal por la crisis, argumentando la baja de ventas y el impacto de las importaciones. Hoy la empresa ofrece retiros voluntarios, con un pago del 50% de la indemnización correspondiente o el 65%, pero en cuatro cuotas iguales