La empresa mendocina de software y consultoría Midas es la primera de la provincia en adoptar la modalidad laboral de cuatro días desde el pasado mes de octubre, manteniendo los salarios, una iniciativa que, siguiendo la tendencia en curso en varios países desarrollados, propone la reducción de carga horaria semanal como estrategia para poder generar más empleo sin afectar los ingresos de los trabajadores.
Fernando Santanciero, socio de la empresa, explicó: “En nuestro caso apuntamos con esta dinámica a implementar beneficios para las personas que trabajan en Midas y que estén alineados con la cultura, los valores y con la impronta que buscamos darle a los recursos humanos que tenemos, lo cual es muy importante para la empresa”.
El empresario destacó que se evaluó que “contaban con el equipo adecuado” para avanzar con el proyecto de reducción laboral, con lo que también se buscaba una “mayor retención, fidelidad y motivación con nuestros empleados”. Este aspecto es clave en un mercado cada vez más competitivo, donde empresas extranjeras vienen al país a buscar talentos, ofreciendo salarios en dólares.
La nueva organización laboral se comenzó a aplicar desde octubre, tras una exitosa experiencia piloto en el mes anterior, en la que se le dio a sus casi 70 empleados a elegir si preferían sumar un viernes o un lunes a su fin de semana de descanso.
Santaciero reconoció que estrategia “no se aplica a todas las empresas” pero que en su sector de software se podía avanzar. Y añadió: “Por supuesto que la productividad no va a ser exactamente la misma porque se reduce una vez a la semana, pero si sabemos que no va a ser un impacto directamente proporcional”.
Y concluyó: “El shock fue muy positivo, el impacto fue grande, hay mucha gente que se enteró de esto y está interesada en conocernos y pasarnos su currículum para algunas búsquedas que tenemos abierta. No hemos tenido impacto operativo, porque la empresa está operativa los cinco días a la semana: la mitad de los empleados tiene libre los lunes y la otra, los viernes. En este período la evaluación nos deja tranquilos pensando en el futuro. No hay una merma en la productividad tampoco. Todo fue muy pensado, muy analizado. Y la prioridad era que el cliente no percibiera ningún cambio”.
