A pocas horas de conocido el proyecto de ley que presentaron desde el oficialismo para elevar a 150 mil pesos el tope mínimo del salario que esté alcanzado por el Impuesto a las Ganancias, las repercusiones y el acompañamiento de todo el arco sindical fue unánime.
Los sindicatos agrupados en el S.E.M.U.N. (Sindicatos en Marcha por la Unidad Nacional), espacio que conduce Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) expresaron su «apoyo» a la iniciativa del Frente de Todos ingresada a la Cámara de Diputados por su presidente, Sergio Massa y celebraron que se defina «un nuevo piso para el pago del gravamen» que según destacaron «excluiría a más de 1.260.000 trabajadores del pago del impuesto».
En ese sentido, desde el S.E.M.U.N. remarcaron la promesa incumplida de «eliminar» Ganancias por parte del macrismo y destacaron que «esta medida incrementará la capacidad de consumo de aquellos trabajadores/as incluidos, potenciando la actividad económica y el mercado interno, y siendo clave para la recuperación de los salarios».
Desde el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) que conduce Pablo Moyano hicieron lo propio y felicitaron al Gobierno Nacional por la iniciativa de modificar lo que llamaron «el Impuesto al Trabajo».
Así es que valoraron el avance de «una reforma tributaria en beneficio de los trabajadores y trabajadoras cuyo salario no constituye ganancia” y lo remarcaron como un «histórico y legítimo reclamo sindical» que confían, pueda ser finalmente eliminado.
La CGT ya se había expedido por las mismas razones también en forma positiva sobre la norma que espera su aprobación en el Congreso para ponerse en vigencia.
Desde distintos sectores del sindicalismo, cuyos referentes gremiales tienen responsabilidades legislativas también impulsarán la ley como es el caso de la presidenta de la Comisión de Legislación del Trabajo, Vanesa Siley (SITRAJU), del secretario general del sindicato del Cuero, diputado Walter Correa o de Claudia Ormachea de La Bancaria, entre otros.
Hubo común acuerdo en que la medida era parte de un compromiso de la campaña presidencial de Alberto Fernández que de éste modo comenzó a plasmarse y que va en el sentido de la recuperación económica que necesita el país, doblemente ahora, luego de haber sido atravesada por la pandemia, pero que trae el arrastre de recesión, pérdida de poder adquisitivo y de puestos de trabajo desde la gestión del gobierno anterior.
