Aunque el presidente Javier Milei y sus ministros insistan con el relato de una recuperación económica significativa en los últimos meses, con aumento del empleo y mejora notable de salarios y jubilaciones, lo cierto es que cotidianamente se presentan noticias sobre grandes sectores industriales (como de acero, alimentación, química y automotriz) en los que se multiplican los cierres, despidos, suspensiones o recortes de producción, dando cuenta de un importante desacople entre el discurso oficial y la realidad.
En el marco de una crisis siderúrgica generalizada a nivel nacional, la regional Jujuy de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) solicitó la intervención de la Secretaría de Trabajo y Empleo de la Provincia ante la perspectiva de venta de Aceros Zapla, que mantiene una planta en la localidad de Palpalá. En los últimos meses ya hubo tensiones con la empresa de Sergio Taselli, que en los últimos años redujo significativamente sus plantillas, por atrasos en el pago de salarios y por el pedido de un Procedimiento Preventivo de Crisis (que las empresas vienen utilizando para reducir personal, pagando el 50% de las indemnizaciones). La preocupación por la posible venta y la incertidumbre respecto de los puestos de trabajo se potenció en los últimos días por la visita de los empresarios Jorge Aníbal Yobi y Diego Matías Yobi, propietarios de la firma Metalnor SRL, especializada en la compra y venta de chatarra.
Un 2024 para el olvido: destrucción masiva del trabajo y récord histórico de subsidios por desempleo
En cuanto al sector alimentación, la planta de Nestlé en la provincia de Córdoba anunció el cierre durante marzo, obligando a todo el personal a tomarse vacaciones durante ese período. El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) planteó que “no se descarta que sea el comienzo de una situación aún peor”. Su titular, Fernando Martín Páez, manifestó su repudio respecto de la decisión empresarial (justificada por la caída de ventas y el sobrestockeo) y la imposición de tomarse las vacaciones en marzo: “Si bien no va a ver por ahora despidos, es una situación que causa incomodidad y miedo en los trabajadores. Dicen que van a aprovechar para darle mantenimiento a la fábrica, que estaba programada para julio, lo que va en contra de las normas internas y lo que ellos llaman ‘las buenas prácticas’. Incluso el viernes pasado la jefa de Recursos Humanos andaba haciéndoles firmar las vacaciones a todos los trabajadores, lo cual consideramos que es una apretada de obligarlos a hacerlo sin tener la posibilidad de decir cuándo quieren hacerlo”.
Tras la decisión de avanzar con los despidos en su planta de Pacheco, al vencerse la conciliación obligatoria este 31 de enero, la multinacional química Linde Praxair (productora de oxígeno, helio, argón, dióxido de carbono, nitrógeno, hidrógeno y acetileno para las industrias automotriz, siderúrgica, alimenticia, petrolera, de bebidas gaseosas, y oxígeno medicinal a hospitales y clínicas) enfrenta en estos días un paro en sus cinco plantas del país (Pacheco, Pilar, Ensenada, Avellaneda y Lanús). La decisión se tomó en asambleas, que fueron acompañadas por el Sindicato del Personal Químico y Petroquímico. Las asambleas votaron extender el cese de actividades a 96 horas en todas las plantas para exigir la reincorporación de los seis trabajadores despedidos, incluyendo el fortalecimiento de un acampe que se lleva adelante frente a la sede de Pacheco, con apoyo de la comunidad y de numerosos gremios y organizaciones.
Por último, la automotriz General Motors activó un programa de retiros voluntarios en su planta de la localidad santafesina de Alvear, buscando reducir su personal en unos 300 puestos por la caída a la mitad de la producción del único modelo de la firma que se fabrica en la Argentina, la SUV Tracker de Chevrolet (que también se produce en Brasil). La decisión puso en alerta al Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), que en las últimas horas ya había recibido la noticia del cierre de la planta cordobesa de Nissan, donde ya fueron suspendidos 120 trabajadores (por lo que el gremio convocó a asambleas en la planta cordobesa de Santa Isabel y lanzó un “quite de colaboración”).