Aunque las últimas cifras oficiales sobre crecimiento del desempleo no fueron tan malas como se anticipaba, especialistas en temas laborales anticipan que la continuidad del actual escenario (caracterizado por despidos por goteo y por una muy baja tasa de creación de empleo) puede derivar en un aumento severo de la desocupación a corto plazo.
El informe de Indec sobre el Mercado de Trabajo durante el tercer trimestre mostró una suba del desempleo a 9% (lo que no marca un gran aumento comparado con el 8,3% del mismo período de 2017), lo que abarca a un universo de aproximadamente 1,7 millones de personas. Si se suman a subocupados y demandantes, ya serían 4,8 los millones de argentinos con problemas laborales.
De los datos del Indec se desprende un avance en la precarización laboral en un contexto signado por la disparada inflacionaria y el rezago salarial (lo que se manifiesta en el crecimiento de un punto en la tasa de ocupados demandantes, que buscan más empleo por insuficiencia de sus ingresos). Así, el aumento de la desocupación el pasado trimestre no tendría tanto que ver con los despidos sino con el aumento en la cantidad de gente que necesita buscar otro trabajo ante la baja del poder adquisitivo de los salarios.
Jorge Colina, especialista de Idesa, explicó: “Sube la tasa de desempleo porque sube la participación laboral. La tasa de empleo se mantiene. La ocupación creció por el lado del cuentapropismo. Más gente que trabaja busca trabajar más, lo que refleja que está costando llegar a fin de mes”.
Por su parte, Daniel Schteingart, docente universitario y becario del Conicet, detalló: “Hay un deterioro moderado del mercado de trabajo. Dada la magnitud de la recesión, el dato es mejor de lo esperado. La tasa de empleo subió levemente. Lo que hay es más gente saliendo al mercado de trabajo porque no le alcanza el sueldo. Algunos consiguen y otros no, por eso sube la desocupación. Quizás en el cuarto trimestre se vea una suba más fuerte. Sí hay un gran deterioro en el poder adquisitivo”.