La escalada del dólar del mes de marzo, con un incremento del 10% que elevó precios de nafta, y el alza de servicios públicos tendrá su repercusión en los supermercados, que ya preparan aumentos de precios en el orden del 10% en los productos de la canasta familiar.
Por ejemplo, en los quesos, los incrementos irán del 10% al 18%. Las variedades que más se ajustarán son: cremosos y fontina (12%), reggianito (15%) y rallado (18%). Sigue productos como ricota y el queso blanco untable, con un 5% de aumento estimado.
La leche ya tuvo un incremento del 49% en lo que va del año, con sachets de marcas líderes que se ubican en 50 pesos. Y desde las consultoras privadas afirman que volverá a subir. Las carnes no se quedan atrás: cada corte de los denominados populares contó un alza de 30 pesos en promedio en supermercados y carnicerías durante marzo.
A su vez, existieron ajustes en los precios de aceites, harinas, fideos, arroz, café, yerbas, café, pastas rellenas, rebozadores, premezclas para hacer pizzas o bizcochuelos y hasta en los congelados. Todo hace prever que el consumo volverá a caer ante salarios que no acompañan a la inflación.
De hecho, la Encuesta de Supermercados del Indec resaltó que las ventas cayeron en enero 10,5% respecto del año anterior mientras que en los shoppings la caída llegó hasta un 15,1%. En el caso de los grandes mercados, las ventas a precios corrientes se incrementaron en enero un 40% respecto al mismo mes del año anterior, por debajo de la inflación promedio en acumulada en esos 12 meses (49,3%).
En cuanto al ticket promedio en los supermercados, este cayó contra la inflación: subió 37,8% y llegó a $616. La gente elige a la tarjeta de crédito para financiar compras: el uso del plástico contó con una suba nominal del 44%. Un comportamiento que se verá reflejado en febrero y en marzo probablemente, cuando un trabajador no pueda hacer frente a semejantes subas con su débil salario.