Los planes especiales de fomento para la inclusión laboral juvenil son una herramienta clásica que se utiliza desde los Estados para tratar de equilibrar las posibilidades de acceder al mundo laboral de estos sectores, tradicionalmente con una tasa de desempleo más alta que el resto de la población, debido a la falta de antecedentes y experiencia. Las estrategias oficiales, a nivel nación, provincias o municipios, suelen proponer distintos beneficios impositivos o por la vía de subsidios a las empresas que sumen jóvenes a sus plantillas, pero en algunos casos las condiciones laborales y, sobre todo, las remuneraciones resultan fuertemente desiguales, válidas sólo como ingresos extra para personas que aún vivan con sus padres, resultando claramente insuficiente como sustento principal de un joven independiente o con familia propia.
En julio del año pasado, el Gobierno nacional lanzó públicamente el programa “Te Sumo”, diseñado por la jefatura de Gabinete (entonces encabezada por Santiago Cafiero) y los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Productivo, una iniciativa que buscaba abrir en el sector Pyme cerca de 50 mil puestos de trabajo para jóvenes de entre 18 y 24 años con secundario completo, una cifra muy modesta, teniendo en cuenta el nivel de desocupación juvenil que supera el 30%.
En este esquema, el Estado nacional se hacía cargo de hasta el 70% de los salarios a devengar, llevando casi a cero los aportes patronales por los nuevos trabajadores. Teniendo en cuenta, además, que dentro del mismo rango etario el sector femenino es el que sufre tasas de desempleo mayores, el programa incluía también una perspectiva de género que ampliaba los beneficios para las empresas en caso de que contrataran a mujeres jóvenes o personas no binarias.
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El programa cuenta con la modalidad de «entrenamiento para el trabajo», un plan de hasta seis meses de trabajo con una carga de 4 horas diarias o 20 semanales, por un monto que entonces era de 15 mil pesos. En caso de que la empresa contratante tuviera una plantilla de hasta 5 empleados el Estado se hacía cargo del 100% de este monto, en empresas de 6 a 80 trabajadores cubría 12 mil pesos y en las que superaran los 80 el aporte estatal era de 8 mil pesos.
En caso de contratación laboral, el programa ofrecía 3 beneficios acumulables a las empresas: Aporte al Salario a acreditar en la cuenta del nuevo trabajador joven (hasta $18.000 de pagos no mayores que un salario mínimo), un aporte de SEPyME a acreditar en la cuenta de la empresa (entre 10 y 13 mil pesos) y una reducción de contribuciones patronales (entre 90 y 95%). Los montos de los beneficios varían según la dotación de la empresa.
En la apertura de las sesiones legislativas de este año, el Presidente Alberto Fernández anunció (como lo había hecho también el año anterior) que enviaría al Congreso un proyecto de Ley de Empleo Joven. Según trascendió, la iniciativa, que aún no llegó al Parlamento, se estructuraría sobre las mismas bases que el plan Te sumo. Durante la reciente campaña electoral, la principal candidata a diputada bonaerense Victoria Tolosa Paz confirmó durante el último Coloquio de IDEA que “el Gobierno presentará una ley de promoción de empleo joven con baja de cargas patronales”.
Otros programas nacionales
Más allá de este programa nacional que podría generar empleo para un pequeño porcentaje de la juventud desocupada, existen algunos otros en áreas específicas, como PRACTICA (Primera Actividad Temporal Inclusiva de Capacitación Laboral), una iniciativa conjunta de la Secretaría de Gestión y Empleo Público de la Jefatura de Gabinete y la Subsecretaría de Gestión de Espacios y Proyectos Especiales del Ministerio de Cultura de la Nación, que apunta específicamente a abrir posibilidades de un primer trabajo (también para jóvenes de entre 18 y 24 años en situación de desempleo) en diversas instituciones culturales del Estado. En este caso, en 2021 fueron seleccionados sólo 280 jóvenes, para trabajar con una carga horaria de 35 horas semanales incluyendo los fines de semana y feriados.
Además de la iniciativa prometida por el oficialismo, también la oposición impulsa una iniciativa similar. El ex vicejefe de Gobierno porteño y actual diputado nacional del PRO Diego Santilli presentó hace algunos días el proyecto de ley “Más trabajo joven”, con el que se busca multiplicar las posibilidades de empleo para menores de 35 años, liberando de cargas patronales a las PyMEs durante 5 años. En este esquema se reduciría el total de las contribuciones patronales al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) durante toda la vigencia del programa. Se aclara que para recibir este beneficio las empresas no podrán pagar un salario inferior al establecido en los convenios colectivos de trabajo para el sector ni reducir el tamaño de sus plantillas. También podrán tomar como pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias, por un plazo máximo de 24 meses no prorrogables, un monto equivalente al salario mínimo vital y móvil por cada empleado a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
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Aunque no está pensado como estrictamente específico para el sector juvenil, el Programa Nacional de Inclusión Socioproductiva y Desarrollo Local “Potenciar Trabajo”, busca “contribuir a mejorar el empleo y generar nuevas propuestas productivas”. La iniciativa está destinada a beneficiarios de los anteriores programas “Hacemos Futuro” y “Proyectos Productivos Comunitarios”, que pueden optar por cumplir su contraprestación por medio de una participación en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad educativa. Se trata de un plan compatible con la percepción de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de la Asignación Universal por Embarazo (AUE). En abril de este año, el monto del beneficio ascendía a $19.470. Este es uno de los ejes de la disputa actual de los movimientos sociales con el Ministerio de Desarrollo Social encabezado por Juan Zabaleta, que amenazó con no seguir sumando beneficiarios a este plan.
Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, es otro plan de asistencia económica para capacitación, entrenamiento laboral o desarrollo de un emprendimiento para jóvenes de entre 18 y 24 años sin empleo. En el marco del programa también se pueden realizar cursos, orientaciones laborales y capacitaciones profesionales.
Provincia de Buenos Aires
En agosto del año pasado, el gobernador bonaerense Axel Kicillof presentó, junto a su ministra de Trabajo Mara Ruiz Malec, el programa Impulsar Oficios para brindar asistencia económica y capacitación a los jóvenes egresados en los últimos tres años de los centros de formación profesional y laboral de la provincia, una iniciativa definida como de cooperación «entre el Estado, las organizaciones sindicales, el sistema educativo y las empresas».
Según la información oficial, hay «más de 75 mil chicos y chicas cursando» las últimas etapas en escuelas técnicas u otros institutos de formación profesional que recibirán «asistencia técnica de los tres niveles de Estado, para que los que egresen puedan disponer del conocimiento necesario para iniciar su emprendimiento». Uno de los ejemplos de este tipo de apoyo y mediación laboral que se destacó en los últimos meses fue respecto de una búsqueda laboral de la automotriz Toyota. Según explicaron funcionarios de provincia, se ayudará a los egresados pidiéndoles «que presenten proyectos, los acompañaremos con tutorías y financiamiento no reembolsable, rendible, transparente», trabajando «mancomunadamente con centrales obreras como CTA, Uocra, UOM, Smata, sindicatos de la alimentación, petroleros, con todos los gremios con los que trabajamos muy bien para que sean impulsores en el territorio de Impulsar Oficios».
Ciudad de Buenos Aires
Hace pocos días el Gobierno de la Ciudad presentó su Plan de Empleo Joven, iniciativa que tiene por objetivo promover la inserción laboral de los jóvenes de 18 a 24 años de edad que residan en CABA para capacitarlos en diferentes oficios, en función de las necesidades del sector productivo, buscando conectar la oferta y la demanda efectiva de trabajo. Este programa de la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio responde a la Ley 6393/2020 (Ley de Promoción del Empleo a través de Prácticas Formativas), cuyo principal objetivo es mejorar las competencias de los jóvenes sin empleo o en situación de vulnerabilidad laboral a través del desarrollo de prácticas formativas en diferentes ámbitos de trabajo.
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La Ciudad también tiene un Régimen Especial de Prácticas de Formación para el Empleo, que “busca mejorar las condiciones de empleabilidad, a través del desarrollo de prácticas formativas en ambientes de trabajo”. Se trata de prácticas de horas diarias y hasta 20 semanales, que pueden extenderse por seis meses, por las que se puede recibir una “asignación estímulo” de hasta 21 mil pesos, “que podrá ser financiada por el Gobierno y/o la entidad formadora”. El programa se enfoca en personas mayores de 18 años que ya hayan participado de algún proceso de fortalecimiento previo en el ámbito de la Ciudad.
También se pueden rastrear programas de incentivo al trabajo juvenil en distintas provincias y municipios del país, pero de conjunto estas iniciativas no alcanzan para revertir las fuertes carencias laborales del sector que más se ha visto afectado por los impactos negativos de la pandemia, que han llevado a que las tasas de desocupación casi dupliquen las de la población adulta (además con una fuerte “feminización” del desempleo).