En on o en off todos los sectores coinciden en que este es un acuerdo “de grandes dimensiones” que se viene buscando desde hace mucho por las distintas administraciones políticas. Pero las «condiciones» de ese acuerdo son la clave a la hora de tomar una postura al respecto por parte de las entidades gremiales.
A raíz de dicha rúbrica, los gremios pidieron conocer los detalles del acuerdo que deberá pasar por el Congreso. Mientras tanto, el Gobierno, interesado en conseguir el aval del sindicalismo, los invitó al encuentro que encabezó el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
Allí, cara a cara, los representantes de los trabajadores le reclamaron al Gobierno nacional más información y una mayor participación en la puesta en marcha del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea por hay alerta en distintos sectores sobre consecuencias riesgosas para la «producción y el trabajo argentino».
La respuesta de la Casa Rosada fue que serán convocados por sectores para avanzar con el diálogo y así dar respuestas ante las dudas. El Gobierno de Mauricio Macri está convencido que la inserción en el mundo será “motor de inversiones y generador de empleo”, pero desde los sectores gremiales y de la industria ven con “pesimismo” esta inserción en condiciones “tan desiguales”.
Los representantes de la CGT, Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y Roberto Fernández (UTA), se mostraron más abiertos a la posibilidad del diálogo, como lo vienen haciendo hasta ahora, en tanto los representantes de las dos CTA, Horacio Meguira y Ricardo Peidro, rechazaron el acuerdo.
Para todo el arco sindical, además, el acuerdo vendrá de la mano de la reforma laboral que intenta imponer el Ejecutivo desde el 2016 y es una de sus mayores preocupaciones.
El encuentro al que también asistieron representantes de la UIA, la CAME y la Bolsa de Comercio, entre otros, fue la previa del encuentro que mantendrá el Presidente con 40 cámaras empresariales para ir analizando sector por sector. En automotor es uno de los que más habría encendido alarmas
Desde que se conoció el acuerdo, entre los gremios circula un borrador, elaborado por la Secretaría de Relaciones Internacionales de la central obrera, con lo que, en principio, implicaría el acuerdo entre los bloques. Borrador en el que en uno de sus párrafos figura la palabra “industricidio”, pues una de las consecuencias del acuerdo podría ser «el desplazamiento de las terminales a Brasil y una entrada de importaciones que afectará directamente al sector de autopartes”.
Con lo cual, el documento pide a los actores evitar una «desocupación masiva”. En ese contexto, alcanzar el consentimiento de los gremios no será tarea fácil. Tampoco será fácil convencer a la comitiva de empresarios industriales que asistirán este miércoles a la casa de gobierno, interesados en conocer los alcances del promocionado acuerdo.
