Los enviados del FMI no lograron tranquilizar a la CGT con sus explicaciones

La conducción de la CGT se sentó a la mesa (en la sede de la UOCRA que conduce Gerardo Martínez) con los enviados del Fondo Monetario Internacional para elevarle con fuerza varios reclamos: mayor protección social por la crisis, una gestión ante el Gobierno para abrir una mesa de diálogo y que el FMI favorezca la llegada de inversiones. El jefe de la misión tomó nota de todo.

Los dirigentes de la central obrera les advirtieron sobre “la escalada de la conflictividad social” fruto del ajuste para alcanzar las metas fiscales y como consecuencia de una inflación que no “para”.

En ese sentido, el jefe de la misión, Roberto Cardarelli, aseguró que el mayor problema sigue siendo el déficit estructural macroeconómico pero que el Fondo ya le aprobó al Gobierno un incremento de partidas para gastos sociales en caso de que se complique el escenario y les aseguró que hacia el año próximo la inflación iniciará su descenso.

Pese a la visión alentadora del enviado del FMI, Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros de la Central señaló que su preocupación no cambió “después de la reunión” y que era necesario que de modo urgente el Gobierno convoque a una mesa de diálogo abierta que no sólo incluya a los gremios y empresarios sino también a los movimientos sociales e incluso los partidos políticos de la oposición. Con esta mesa la CGT pretende alcanzar un acuerdo con el que se pueda garantizar políticas de empleo y expansión económica.

Otros temas sobre los que indagó con énfasis la CGT fueron; en primer lugar, la paralización de la obra pública y muy especialmente insistieron en saber sobre la exigencia de una reforma laboral a la que los representantes del Fondo confirmaron que “no está en sus planes”.

Participaron también: el otro triunviro Carlos Acuña, Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Omar Maturano de La Fraternidad.