En tiempo de descuento para la vuelta a clases presencial -Trotta confirmó por lo menos tres días semanales en las aulas- además de acondicionar las escuelas, notablemente deterioradas por el cierre durante todo el año pasado, se hace necesario disuadir los fuertísimos enfrentamientos políticos que cruzan a “la educación” por éstas horas.
Es que, por ejemplo, los legisladores de Juntos por el Cambio votaron en contra el incremento para el sector en el Presupuesto 2021. En ese contexto desde la cartera de Educación cuestionaron que «la oposición intenta declarar a la Educación como «servicio esencial» sólo a fin de impedir que los y las docentes desarrollen sus tareas gremiales.
Gremios que insisten en que, entre otras cosas «es clave reiniciar el ciclo lectivo con seguridad en las aulas para evitar que no vuelvan a existir más casos como el de Sandra y Rubén”. Pese a esto por ejemplo desde SADOP fueron explícitos y manifestaron a través de un comunicado que los docentes privados “queremos volver a clases”, pero claramente pretenden hacerlo «bajo estrictos protocolos de seguridad».
La pelea salarial también es un tema de preocupación de los docentes. Cada año en ésta etapa se lleva adelante la paritaria anual y habrá que hacer una “puesta a punto” en salarios que han quedado notablemente devaluados frente al costo de vida. Ya fue confirmado también que serán convocados este mismo mes de febrero de modo de arribar a un acuerdo, aunque no dejaron trascender cuál será el porcentaje del ofrecimiento.
Mientras tanto, hay algo de lo que todos son conscientes: el clamor social por retomar cierta “normalidad educativa”. Están los números en la mesa luego de la encuesta a nivel nacional que realizó Poliarquía entre el 27 y 29 de enero, de las que surgió como dato un alto grado de interés (un 65%) por el retorno –sí o sí- de las clases bajo la modalidad presencial.
El 88% de los entrevistados dijo tener mucho (67%) o bastante (21%) interés por el comienzo de las clases, y el 64% considera correcto que ocurra a fines de febrero y comienzos de marzo con los recaudos necesarios. Por el contrario, un 25% de los entrevistados consideró que las clases presenciales no deben comenzar por el momento.
Es más, los gremios porteños que se reunieron con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en las últimas horas dejaron de lado el “no rotundo” y reconocieron “avances” para ir hacia la presencialidad con los protocolos correspondientes que hace semanas parecían imposibles.
El otro punto álgido es la vacunación: sobre todo la provincia de Buenos Aires había considerado tener vacunado a todo el personal docente para comenzar las clases, cuestión que inició Kicillof en su territorio con aquellos que son pacientes de riesgo pero con la preocupación de que, por ahora, no hay suficientes dosis para todos los docentes que deberán estar al frente de sus aulas.