Los asalariados pierden cada vez más participación en el ingreso nacional

Los trabajadores asalariados terminaron 2018 como el sector más perjudicado de la economía nacional, con un nuevo retroceso de su participación en la torta de ingresos que los aleja cada vez más del fifty-fifty que ha sido un objetivo histórico.

La recesión económica, el aumento de los servicios y, sobre todo, la inflación de casi 48% registrada durante el año, golpearon fuerte sobre los asalariados que volvieron a una participación en el ingreso nacional de 45,9%, niveles distributivos comparables a los de 2010.

La contrapartida de este panorama es el aumento de la parte del producto que se apropian los empresarios, que crecieron 4,8% en el año, alcanzando un 45,7% del total. Ambos sectores tienen ahora una participación casi igual en el reparto de la torta nacional de ingresos, pese a que el empresariado representa apenas a un 4% de la población y los trabajadores son el 74%.

El reparto de ingresos se completa con los cuentapropistas, cuya participación aumentó 0,3% hasta llegar a un 11,2%, lo que tiene relación con la precarización de la mano de obra. El informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) confirma que se perdieron 31 mil puestos de trabajo asalariado en un año mientras que el cuentapropismo aumentó en 19 mil (un aumento de 0,4% que explica el aumento en su porción de ingresos).

Guido Lorenzo, analista económico, detalló a este respecto: “Los puestos de trabajo asalariados cayeron mientras que los puestos de trabajo no asalariados tuvieron un avance, lo que refleja un deterioro de las condiciones de contratación”. Y añadió: “La inflación creciendo por encima de los salarios explicaron la mayor parte de la caída. El resto es explicado por una contracción de 0,1% en los puestos de trabajo. En caso de haberse mantenido el empleo, que en realidad soportó bastante bien a la crisis, la relación habría caído en 4,6 puntos Por lo que se puede inferir que la depreciación del peso, que impactó en los precios, generó una fuerte caída del salario real promedio”.

Si bien en la mayoría de los países desarrollados la participación de los sectores asalariados en el ingreso nacional ronda el 60%, para la economía argentina el famoso mitad y mitad ha sido un objetivo deseado para lograr un reparto más equitativo de los ingresos nacionales.