Las cifras del INDEC generan más tensión de cara a la próxima reunión del Consejo del Salario

A horas de recibir del INDEC los datos oficiales de aumento de precios mayoristas, las expectativas vuelven a ser negativas y se espera otra mala noticia -como fue la publicación de la inflación de marzo-, donde el 4,8% mensual, llevó a un 13% acumulado, solo en el primer trimestre, lo que empuja el debate del Consejo del Salario hacia otros números bastante más altos de lo que que se había pensado.

Convocado para el 27 de abril, el Consejo del Salario por estos momentos “recalcula” los números que pondrá sobre la mesa, pues, durante el mes de marzo y gracias a la variación de las canastas básicas en Argentina, una familia de cuatro personas que paga alquiler necesita $58.500 para no ser pobre. Pero el dato más sorprendente todavía, obtenido de la CBA reveló en ese mismo mes que una familia necesita ganar un $7.953 por semana, es decir, un total de $31.812 para no ser indigente.

No será sencillo definir en éste contexto, el nuevo piso del Salario Mínimo, Vital y Móvil, con la expectativa previa de que el sector empresario y las centrales obreras acordaran una suba en torno al 30%, en línea con las paritarias cerradas hasta ahora y apenas por encima de la pauta de inflación prevista para el 2021 por el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Ese número ha quedado «desfasado» por las mismas estadísticas oficiales, que dejan a la vista un dato alarmante: el piso del que se parte hoy es de $21.600 pesos actuales, muy por debajo de la línea de indigencia, considerada la falta de los mínimos recursos económicos para poder vivir.

Tengamos presente, que según los datos oficiales también, en el segundo semestre del 2020 la pobreza llegó al 42%. Son 6,5% por encima del 2019 y la indigencia alcanzó al 10,5%, 2,5% por encima del año anterior.

En este escenario, el gran debate está supeditado a que, el pedido de los gremios rondará -según trascendió- por lo menos el 40% de aumento, y así y todo los números no alcanza ni de cerca la posibilidad de que un trabajador registrado no sea pobre. Pero se encontrarán con un freno empresario que hoy, en plena segunda ola de pandemia, están funcionando todavía con una capacidad instalada cercana al 60%.

La discusión se entrelazará con las difíciles negociaciones para concluir las paritarias de casi dos millones de trabajadores que aún no han podido llegar a un acuerdo salarial. La idea del Ejecutivo era que el salario real se recupere este año y le gane a la inflación por “tres o cuatro puntos”; y en ese sentido, apuntaba a generar un acuerdo de precios y salarios con gremios y empresarios, pero los indicadores de los primeros meses del año en cuestión de aumentos -sobre todo en góndola- parecen ir en el sentido contrario, y por el momento no dan muestras de poder “poner freno” a la inflación, pese a los precios cuidados, controles, multas y planes impuestos desde la Secretaria de Comercio.