Este martes la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) movilizó al Congreso y al Ministerio de Trabajo para mostrar músculo ante la audiencia paritaria que se realiza en la cartera laboral. El nuevo titular del gremio, Abel Furlán, reclama una recomposicón de 65%, elevando la vara para las paritarias de muchos otros gremios. Así, uno de los gremios históricos del país recupera un protagonismo callejero, después de los años de conducción de Antonio Caló.
Las negociaciones vienen muy trabadas ante la intransigencia de las cámaras empresariales (ADIMRA, AFAC, CAMIMA, AFARTE, CAIAMA y FEDEHOGAR), lo que la semana pasada ya hizo fracasar otra audiencia de conciliación en la cartera que encabeza Claudio Moroni. El sector empresario se resiste al pedido de adelantar el aumento del 12% del último tramo del acuerdo previo de 45% al mes de julio, añadiendo un 20% adicional para octubre y una cláusula de revisión para febrero del año próximo.
Las cámaras del sector no sólo se niegan a adelantar el saldo del acuerdo previo al mes de julio sino que contraofertan un incremento de sólo el 15% en total, pagadero en tres cuotas a partir de 2023. Este planteo resulta inaceptable para los metalúrgicos, que con el detalle de la evolución inflacionaria de los últimos meses plantean la urgencia de los aumentos para no seguir perdiendo poder adquisitivo.
El empresariado considera que hay cambios en la dinámica negociadora tras la asunción de Furlán, considernado que en la nueva etapa se manifiesta un endurecimiento en la relación, con planteos gremiales «más agresivos» e «intransigentes». En este sentido, en la provincia de Córdoba ya varias fábricas lanzaron medidas de fuerza como ceses de tareas y en la de Santa Fe se llamó a una asamblea general que tras el resultado de las negociaciones de este martes evaluará posibles medidas.
Tras las negociaciones en Trabajo, este miércoles el gremio se reunirá con el sector de las cámaras del acero, que incluyen a gigantes como Techint.