En las últimas horas, representantes de distintas organizaciones industrialistas salieron a criticar públicamente las políticas del Gobierno de Javier Milei que vienen teniendo un fuerte impacto regresivo en la industria local, tanto en términos de producción como de empleo y desplome salarial, lo que también aplasta aún más el mercado interno. Hubo pronunciamientos tanto de la Unión Industrial Argentina (UIA) como de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).
El presidente de la UIA Martín Rappallini denunció la masiva destrucción de empleo que actualmente golpea al sector industrial, con una pérdida de entre 1000 y 1500 puestos de trabajo diarios, por lo menos desde el mes de marzo de este año. «Vemos el sector industrial en diferentes velocidades. Hay sectores que se están creciendo, como minería, automotriz, motos, línea blanca; otros se están recuperándose, como farma y alimentos, y otros presentan pérdidas de alrededor del 15 ó 20%. Esto ocurre en áreas como construcción, cueros o calzados metalmecánica».
En cuanto a las causas de esta crisis, el dirigente reconoció el impacto de la apertura indiscriminada de las importaciones que impulsa el Gobierno nacional, pero centró su preocupación en el desplome del mercado interno: «La importación impacta, pero estamos más preocupados por la actividad. En algunos casos como materiales de construcción la caída es mayor al 30%. En textil y calzado es lo mismo». En este sentido, remarcó que en estos sectores más afectados se vienen multiplicando los cierres de empresas y la suspensión de trabajadores.
En cuanto a la AFAC, por medio de un comunicado alertó sobre el riesgo que implica el Acuerdo de Complementación Económica con Brasil, que hoy se utiliza para permitir el ingreso de autopartes chinas, que así logran eludir aranceles y poner en riesgo la producción local. El sector denunció que terminales automotrices locales «manipulan» el acuerdo para ingresar autopartes chinas, certificando como productos «regionales» vehículos con más del 80% de sus componentes de origen chino: «Lo que se exporta como un vehículo del Mercosur es, en un número creciente de casos, un Frankenstein automotriz con un corazón asiático».
La industria local abandona la producción y se reconvierte para importar, devastando el empleo
En este sentido, AFAC alertó sobre el peligro para el empleo en el sector autopartistas, ya golpeado por la crisis local, y responsabilizó a las terminales automotrices y al Gobierno por permitir este tipo de distorsiones: «Al ensamblar componentes importados en territorio regional, los vehículos logran el certificado Mercosur con apenas un 20% de integración local». Y concluyeron: «No se trata de cerrar la economía, sino de asegurar condiciones equitativas que favorezcan la inversión nacional y regional».