La Unión Industrial Argentina (UIA) comenzó esta semana el proceso de renovación de un centenar de cargos de conducción, y aunque hace mese sonaban varios candidatos, finalmente por unanimidad será el hombre de las alimenticias quien conduzca la organización en ésta etapa.
Este martes en la tradicional reunión de Junta Directiva, se dio a conocer la convocatoria a la Asamblea Ordinaria para la designación de nuevas autoridades que integrarán los cuerpos directivos por los próximos dos años.
De acuerdo a los estatutos de la organización, la convocatoria se debe hacer con 30 días de anticipación, por lo que la fecha que anunciada será el 11 de junio para la elección de los cargos, cuestión que genera mucha expectativa, pero que parece haber dirimido internas y a esta altura muchos sectores ya manifestaron su voluntad de avanzar en una única lista de consenso que encabezará, Daniel Funes de Rioja, el actual vicepresidente de la UIA, también titular de la COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios).
Estado de Alerta dialogó con algunos actores del sector industrial, quienes manifestaron la necesidad de que sea alguien con una fuerte capacidad de diálogo, elemento clave en un momento donde desde el Gobierno está puesta la lupa en el control de precios y en el abastecimiento, particularmente de productos alimenticios, que se encuentran con faltantes y con remarcas excesivas en las góndolas.
Esa necesidad de «abroquelamiento» por parte del sector empresario es la que hizo descartar la posibilidad de ir con dos listas -tal como se hablaba- y unificarse detrás de una lista de consenso que acerque al Gobierno sus demandas.
De mejor llegada también a los medios, se decidió la figura de Funes de Rioja como el sucesor de Acevedo, pues parece garantía de buen ida y vuelva con funcionarios del Gobierno, con los sindicatos y también es un hombre de amplia y reconocida presencia internacional.
Pero más allá del diálogo vienen temas difíciles de abordar, con posturas críticas respecto a distintas medidas en torno al congelamiento de precios de los alimentos, las políticas de doble indemnización y la prohibición de despidos en medio de la pandemia, la Ley de Abastecimiento y la del Aporte Solidario y Extraordinario a las grandes fortunas. Por eso, más allá de los apoyos, será urgente que el nuevo presidente pueda tender puentes en forma rápida y eficaz para contribuir al despegue económico de la Argentina.
