La salida es venderle alimentos al mundo y Alberto lo sabe

En el Gobierno señalan que no son sólo alimentos, también energía. Pero eso es algo que nuestro país todavía debe demostrarse. De todos modos, con ese objetivo, el presidente, Alberto Fernández, vuelve a visitar Europa, con el fin de aprovechar la “oportunidad comercial” que nos da un mundo en guerra.

Así es que el primer mandatario inició la gira de un puñado de día con agenda puesta principalmente en España y Alemania, donde se reunirá con su par, Pedro Sánchez y el canciller, Olaf Scholz.

En el gabinete económico entienden que éste contexto de conflicto en el viejo continente puede representar una gran “oportunidad” en términos comerciales, algo en lo que coincide el sector agroindustrial argentino y por lo que vienen reclamando hace tiempo.

La información de esta semana anticipó que “Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos, han prohibido las importaciones de petróleo ruso», lo que abre puertas a un nuevo mercado que podría satisfacerse desde Vaca Muerta.

A ello habría que sumarle el gasoducto Néstor Kirchner, hoy en marcha, lo que podría conseguir el autoabastecimiento energético y además incrementar las exportaciones. Para ello es necesario contar con inversiones que también intentará cooptar el presidente argentino en ésta gira exprés de cinco días.

El equipo que acompaña la comitiva presidencial es justo el que tiene en la mira, la hoy presidenta a cargo: Cristina Fernández de Kirchner. Es que pese a las críticas en cuanto al rumbo del Gobierno, los ministros cuestionados están ratificados en sus cargos y van por éstos objetivos.

Ellos son, Santiago Cafiero, de Relaciones Exteriores; Martín Guzmán, de Economía y Matías Kulfas, de Desarrollo Productivo. Se suman: Cecilia Todesca, secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Julio Vitobello, secretario general de la presidencia y la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.

Una vez más entonces, intentaremos “vender la Argentina al mundo”, algo que parece fácilmente consensuable puertas adentro, pero que luego choca con precios internos, cepos, restricciones a las exportaciones, todas cuestiones políticas de difícil abordaje, muchas veces incomprensibles, cuando sabido es que, ésta es una de las pocas posibilidades de ingreso de dólares que tenemos, algo vital para la supervivencia de la golpeada economía argentina.