En la ciudad de La Plata, manteros de origen senegalés pidieron por su fuente laboral y protestaron contra las administraciones de Vidal y Garro que no permiten que vendan sus productos en las calles. De hecho, mantuvieron un cruce con la policía, que detuvo a dos trabajadores.
Luego de algunas horas, los dos manteros detenidos fueron liberados, lo que desató la alegría de sus compañeros. Lo que sucedió no es nuevo: la comunidad senegalesa denunció que la municipalidad de La Plata puso en marcha un operativo para impedir la venta ambulante en las calles céntricas de la capital provincial y les quita a los inmigrantes su única chance de ingreso.
Lejos del diálogo, el secretario de Convivencia y Control ciudadano, Roberto Di Grazia, anticipó que «seguiremos haciendo este tipo de operativos dado que no podemos permitir la venta ambulante en la vía pública». «Como Estado debemos garantizarles a los comerciantes que desarrollan su actividad legalmente, que pagan impuestos, sueldos y alquileres una competencia leal», dijo, y apuntó que «ellos se ven perjudicados ante quienes comercializan la misma mercadería pero sin ningún gasto».
En medio de la tensión, los africanos entonaron la marcha peronista en repudio a las acciones de las fuerzas de seguridad:
