Los avances en la aplicación de una reforma laboral regresiva y la destrucción del poder adquisitivo de los salarios que viene llevando adelante el Gobierno de Javier Milei, podría traer de vuelta en los próximos meses algunas herramientas aplicadas en los años noventa para reducir el “gasto” empresarial en sueldos para el personal: los cuestionadísimos vales para alimentos o Ticket Canasta.
Aunque ante los primeros trascendidos en este sentido desde la cartera de Desregulación que encabeza Federico Sturzenegger desmintieron tener en carpeta la medida, los trascendidos siguieron creciendo. El sistema de vales conocidos popularmente como Tickets Canasta, aunque fueron varias las empresas proveedoras, se introdujo en 1989, como estrategia del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo (para Milei “el mejor de la historia” en su cargo) y se presentaron como compensación para unos salarios devastados por la hiperinflación, aunque en realidad constituían una herramienta para reducir los costos laborales.
Las empresas provedoras de los tickets, que constituían un componente no remunerativo de algunos salarios, se quedaban con entre un 2 y un 6% de cada compra (casi un millón y medio de trabajadores fue parte del sistema, percibiendo hasta un 15% de sus salarios en tickets), lo que generó millonarias ganancias para esas firmas. La cámara empresarial que las organizó reconoció en su momento ganancias anuales de hasta casi 400 millones de pesos/dólar.
La estrategia de compensación salarial por la vía de los tickets, que obviamente no incluían ningún aporte patronal para obras sociales o jubilaciones, implicó entonces un brutal desfinanciamiento de la seguridad social y el sistema de obras sociales, que superó los 21 mil millones de pesos/dólar.
El abogado laboralista y diputado nacional por el Frente para la Victoria Héctor Recalde recordó que “los trabajadores no percibían los tickets durante licencias por enfermedad, por accidente, ni durante las vacaciones, no cobraban aguinaldo sobre tickets, y en caso de tener derecho a percibir una indemnización (ya sea por despido o por incapacidad) en su cálculo no se tomaba en consideración el valor de los tickets. Además, su valor no se computaba tampoco para el pago de adicionales ni horas extraordinarias”.
El mecanismo duró hasta 2007, cuando Recalde presentó un proyecto de ley para que los tickets pasen a ser remunerativos, iniciativa muy resistida por las empresas que intentaron sostenerla ofreciendo un millonario soborno en dólares a su hijo Mariano Recalde, entonces asesor de la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados. El empresario Miguel Gutiérrez Guido Spano fue condenado a tres años de prisión por el intento de cohecho activo, que quedó registrado en una cámara oculta.
Ante la posibilidad de retorno de los Tickets Canasta, Recalde padre remarcó que su aplicación sería inconstitucional y denunció el “proceso de deslaboralización” que está llevando adelante el oficialismo, concluyendo que “esta política no es liberal: es demoníaca, atroz, porque no respeta a la persona”.